El ataque volvió a relanzar el eterno debate sobre el control
de armas en Estados Unidos.
"El asesinato de dos periodistas (...) en directo en Virginia
es una tragedia sin precedentes, incluso en un país donde miles de
personas son asesinadas cada año por armas de fuego", dijo
Christophe Deloire, secretario general de la organización
Reporteros sin Fronteras.
Por su parte, la Casa Blanca llamó nuevamente al Congreso a
legislar sobre la venta y utilización de armas de fuego.
"Hay algunas cosas de sentido común que solo el Congreso puede
hacer y que sabemos tendrían un impacto tangible en la reducción
de la violencia con armas en este país", dijo el portavoz Josh
Earnest.