Cuenta la historia que Mary Ward, una científica aficionada que había nacido a fines de abril de 1827 en el Condado de Offaly en Irlanda, se convirtió en la primera persona del mundo en morir a causa de un accidente de tránsito en la localidad irlandesa de Birr. La tragedia, que la sorprendió un 31 de agosto de 1869 cuando apenas tenía 42 años, se desencadenó cuando la mujer fue embestida por un automóvil de vapor experimental que habían construido sus primos. De esta manera, Ward es considerada la primera víctima de un vehículo motorizado aunque otras informaciones sitúan en Londres al primer accidente fatal de tránsito cuando Arthur Edsell al volante de un Roger-Benz que circulaba a más de 10 kilómetros por hora chocó a la mujer Bridget Driscoll, quien se dirigía junto a su hija adolescente May y su amiga Elizabeth a presenciar un espectáculo al Cristal Palace.
Aquellos episodios constituyen los primeros antecedentes de una problemática que se ha transformado en una de las causas importantes de muerte en todo el mundo. La imprudencia y la falta de respeto a las normas de tránsito (y a la vida misma) parecen imponerse como criterio a la hora de conducir un auto o una moto. Manejamos mal, a pesar de que estamos al volante prestamos más atención al celular que a la calle, avanzamos a una velocidad excesiva por encima de los límites establecidos, no usamos casco y a veces tampoco cinturón de seguridad. Pareciera que hacemos lo posible por favorecer la inseguridad vial.
En Rafaela, cuando un automovilista decide circular por avenida Santa Fe, tiene en claro que en determinados horarios de la mañana y de la tarde se registra un alto tránsito de peatones que se movilizan. Debe atender estas circunstancias y que no puede acelerar sin importar nada. Y si debe darle prioridad a los caminantes al menos en las esquinas, debe hacerlo. No puede ser que en un bulevar donde se puede circular a 60 km por ahora como máximo un automovilista avance por sobre ese límite desde la Jefatura hasta la Plaza 25 de Mayo sin atender a las necesidades de los otros actores de la vía pública.
En la Argentina, cinco peatones mueren atropellados por día, en el marco de una estadística que coloca en superficie el flagelo de la escasa responsabilidad de quienes están al volante de vehículos y no respetan la prioridad de quienes caminan. Un estudio de la Asociación Civil Luchemos por la Vida sostuvo que por no respetar la prioridad de paso en el último año más de 1.600 peatones perdieron la vida en las calles y rutas de la Argentina, al tiempo que destacó que "sólo el 10 por ciento de los automovilistas cumple esa norma".
Según la entidad, la legislación de tránsito argentina establece que los vehículos deben darle la prioridad a los peatones que cruzan correctamente la calzada por las esquinas o sendas peatonales, y con el semáforo a su favor donde lo hay.
"Sin embargo, Luchemos por la Vida observó sistemáticamente que sólo el 10% de los conductores otorgan la prioridad al peatón", indicó la entidad que encabeza Alberto Silveira.
En el mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año 270.000 peatones mueren atropellados y que esa conducta transgresiva es causa de la mayor proporción de lesionados o muertos en las carreteras y calles. "Los peatones, sin carrocería protectora, sufren graves lesiones en caso de atropello", destacó la entidad en declaraciones que este domingo publicó Diario Popular, al tiempo que indicó que "dicha prioridad se respeta absolutamente en los países seguros vialmente, donde controlan el cumplimiento de las prioridades y sancionan a los transgresores". Además, prosiguió: "Lo más común en nuestro país es ver lo contrario y los peatones deben cederles forzosamente el paso a los vehículos en sendas peatonales o esquinas, ya que los conductores ‘olvidan’ que la prioridad le pertenece al que camina". Ese comportamiento incentivó a los peatones a arriesgarse cruzando por cualquier parte, a veces distraídos escuchando música, o hablando o mensajeando por celular, lo que explica los altos índices de mortalidad. Resulta imprescindible que todos cambiemos de mentalidad, que los conductores paremos y otorguemos siempre al peatón su prioridad, consideró la entidad.
De acuerdo al relevamiento, el 89,80 por ciento de los conductores de vehículos de todo el país no brindan la prioridad de paso a los peatones, lo que significa que sólo uno de cada 10 conductores cumple con las normas vigentes. En el caso de los motociclistas, la situación aún es peor, ya que el 97% de quienes conducen estos vehículos no respeta a los peatones.
En otros informes, la organización no gubernamental también alertó que el uso del teléfono celular se había convertido en un verdadero drama vial, pero no sólo entre los conductores de los vehículos automotores, sino también por parte de los peatones. Sumergidos en la pantalla, caminan distraídos a su entorno más directo, en el que deben cruzar calles y respetar otros tiempos.