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Danos un bello hogar

En mi juventud asistía a la iglesia Bautista de San Justo, Buenos Aires. Cada domingo entonábamos himnos y en el mes de octubre generalmente, se elegían algunos dirigidos específicamente a la familia. Mi corazón fue desafiado con el himno “Danos un Bello Hogar”. Era un deseo profundo y sus cuatro estrofas decían lo siguiente…1ª Estrofa: Danos un bello hogar: Donde la Biblia se pueda ver; Donde tú amor bienestar nos dé; Donde en ti todos tengan fe. ¡Danos un bello hogar¡¡Danos un bello hogar¡ 2ª Estrofa: Danos un bello hogar: Donde el padre es fuerte y fiel; Donde no haya el sabor a hiel, Donde en su ambiente haya sólo miel.¡ Danos un bello hogar¡¡Danos un bello hogar¡ 3ª Estrofa: Danos un bello hogar: Donde la madre con devoción, Sepa mostrarnos Tú compasión. Donde tú habites con santa unción. ¡Danos un bello hogar¡¡Danos un bello hogar¡ 4ª Estrofa: Danos un bello hogar: Donde los hijos podrán saber,  como Jesús los quiere ver A su amparo y así vencer.¡ Danos un bello hogar¡¡Danos un bello hogar¡ Cuando veo hoy las familias en crisis, los valores en baja, los fracasos y divorcios, resuenan las estrofas de esta canción y medito en la necesidad de hogares bellos, hogares duraderos, hogares a la manera de Dios. ¿Cuáles son las condiciones para tener un Bello Hogar? El himno destaca varias. En primer lugar dice que debe ser un lugar donde la Biblia se pueda ver, donde los consejos de la Palabra de Dios se pongan en práctica, un hogar donde el consejo de Dios sea escuchado y obedecido. Luego dice, donde tu amor nos de bienestar y todos tengan fe. La verdad es que, un hogar donde se respira la fe en el Señor y su amor se pone en práctica tiene pronóstico de éxito. El autor luego se refiere al padre o esposo y dice que es fuerte y fiel. Cuando hablamos de la fortaleza de un hombre no nos referimos sólo a lo físico, sino a fortaleza moral y espiritual. Cuando hablamos de fidelidad, el término abarca la fidelidad conyugal, la fidelidad en el cumplimiento de sus responsabilidades como líder del hogar. Debe ser proveedor, esforzado, debe involucrarse en la educación de sus hijos y tener un compromiso con la familia que Dios le ha confiado. La tercera estrofa habla de la devoción y dedicación de la madre. Es tremendo pensar que dejamos herencias espirituales a nuestros hijos, la Biblia nombra el ejemplo de la abuela y la madre de Timoteo…trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. 2ª Timoteo 2:15. Estas mujeres con su devoción marcaron a Timoteo, él imitó su fe no fingida. La madre debe entender que el hogar es la primera escuela y la primera iglesia, debe ser maestra del bien y de la fe. La última estrofa habla de los hijos y dice, que en el hogar ellos deben poder ver a Cristo, crecer a su amparo y obtener de sus enseñanzas, las herramientas para vivir una vida victoriosa.

Jesús también enseñó sobre el éxito o fracaso de un hogar, en el evangelio de Lucas leemos sus consejos ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Más el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. Lucas 6:46-49. El Señor dice que la diferencia entre un hogar feliz y uno fracasado o en ruinas es sólo una, la obediencia o no a su palabra y consejo. Da tres pasos para tener un hogar sólido, primero venir a EL, es decir acercarse a Dios, el segundo es oír su palabra y el ultimo obedecerla. El resultado es que a esta casa no la podrán mover, ni las tormentas, ni los vientos, ni los problemas. Luego afirma que el camino a la ruina de un hogar es la desobediencia a los principios de Dios. No basta con decir Señor, Señor, es necesario poner por obra sus consejos. El deseo sigue siendo el mismo del autor del himno, Señor, “Danos un Bello Hogar”, que sea una realidad sólo depende de nuestra elección. Mi pregunta es ¿Cuál será tu elección? No olvides que hay sólo dos opciones obedecer a Dios o no hacerlo. ¡¡¡Qué podamos elegir bien!!! Dios te bendiga.

Autor: Pastor Carlos Terranova

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