Editorial

Cumbre por la paz

B/N La reunión de Asís en octubre tendrá lugar en el aniversario número 25 de un encuentro similar encabezado por el fallecido Juan Pablo II en la ciudad donde nació San Francisco.

El papa Benedicto XVI, preocupado por la creciente violencia entre religiones, encabezará una cumbre de líderes religiosos en Asís durante octubre venidero para discutir sobre cómo pueden promover la paz en el mundo, anunció el Sumo Pontífice el sábado último.
Benedicto le dijo a los peregrinos en la plaza San Pedro congregados por la celebración de Santa María Madre de Dios y la XLIV Jornada Mundial de la Paz, que el objetivo de la reunión era "renovar solemnemente el compromiso de los creyentes de cada religión para que vivieran su propia fe al servicio de la causa de la paz".
Su anuncio se realizó horas después de que la explosión de una bomba provocara la muerte de al menos 21 personas en una iglesia en Egipto, el más reciente ataque a cristianos en Oriente Medio y Africa.
La reunión de Asís tendrá lugar en el aniversario número 25 de un encuentro de similares características, encabezado por el fallecido papa Juan Pablo II en la ciudad italiana donde nació San Francisco.
En esa reunión participaron líderes musulmanes y judíos y jefes de muchas otras religiones, incluyendo al Dalai Lama, el líder espiritual de los budistas tibetanos, y el arzobispo de Canterbury.
El papa Juan Pablo había llamado a todas las naciones y grupos en conflicto a silenciar sus armas durante la cumbre. La mayoría de los grupos adhirió.
Uno de los temas principales de la cumbre de 1986 fue el repudio público al concepto de violencia en el nombre de Dios.
“A la humanidad (...) no se le puede permitir que se acostumbre a la discriminación, las injusticias y la intolerancia religiosa, que hoy afectó a los cristianos en particular”, dijo el papa Benedicto en su homilía del Día de Año Nuevo a 10.000 personas en la basílica de San Pedro, la fecha que la Iglesia Católica celebra como el Día Mundial de la Paz.
“Nuevamente, hago un llamado apremiante (a los cristianos en las áreas atribuladas) a no rendirse al desaliento y a la resignación”, dijo.
El día de Navidad, seis personas murieron en dos iglesias cristianas en el noreste de Nigeria, la nación más populosa de Africa, y seis personas fueron heridas por una bomba en un templo católico romano en la isla de Jolo, en Filipinas.
En un mensaje emitido el mes pasado para el 1 de enero por el día de la Paz, el Papa dijo que los cristianos eran el grupo cristiano más perseguido en el mundo de hoy y que era inaceptable que en algunos lugares tuvieran que arriesgar sus vidas para practicar su fe.
Benedicto XVI prosiguió su homilía recordando que esta Jornada Mundial de la Paz, que se celebra cada año desde 1968 en nombre de la Madre de Dios, manifiesta que esta paz, que “es el don mesiánico por excelencia”, llegó a través de María.
María “es verdadera Madre de Dios precisamente en virtud de su relación total a Cristo. Por tanto, glorificando al Hijo se honra a la Madre, y honrando a la Madre se glorifica al Hijo”.
El título de “Madre de Dios” celebrado por la liturgia “subraya la misión única de la Virgen Santa en la historia de la salvación: misión que está a la base del culto y de la devoción que el pueblo cristiano le reserva”.
“María de hecho no recibió el don de Dios sólo para sí misma, sino para traerlo al mundo: en su virginidad fecunda, Dios dio a los hombres los bienes de la salvación eterna” y “ofrece continuamente su mediación al Pueblo de Dios que peregrina en la historia hacia la eternidad, como antes la ofreció a los pastores de Belén”.
“Ella, que dio la vida terrena al Hijo de Dios, continúa dando a los hombres la vida divina, que es Jesús mismo y su Santo Espíritu. Por esto se la considera madre de cada hombre que nace a la Gracia y es invocada como Madre de la Iglesia”, dijo el Papa.
En noviembre último, 52 rehenes y miembros de la policía murieron cuando fuerzas de seguridad asaltaron una iglesia en Bagdad para rescatar a más de 100 católicos iraquíes capturados por un hombre armado, relacionado con Al Qaeda.
El Vaticano teme que los continuos ataques, combinados con las severas restricciones a los cristianos en países como Arabia Saudí, estén provocando un éxodo de cristianos de la región.
En un mundo en el que los cristianos siguen siendo víctimas de ataques sangrientos, el Papa Benedicto XVI ha pedido un “auténtico espíritu de paz” y el valor para afrontar las dificultades.

Autor: Redacción

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