Carta de Lectores

Cultura del trabajo, esfuerzo y sacrificio

Sr. Director:


Tres principios básicos, fundamentales, que los de mi generación los hemos tomado como verdaderos valores de vida, irrenunciables, sagrados casi, los heredamos de nuestros padres y abuelos, esos gringos duros que vinieron a estas pampas trayendo solo eso, ganas de trabajar, sacrificarse día a día, para que sus hijos y nietos, nosotros, pudiésemos progresar y estudiar.

Lamentablemente hemos tenido gobiernos que han echado por tierra estos valores, cambiando la cultura del trabajo por la cultura del asistencialismo, del plan social, y hoy hay nietos que no vieron a sus padres y abuelos salir todos los días a trabajar.

Por suerte hay muchas personas en nuestra ciudad y zona que gracias a Dios conservan y alimentan estos valores, y a una en especial es que me quiero referir.

Tuve la oportunidad de leer la nota en la edición del sábado 16 sobre un negocio de venta de productos de iluminación, "Professional Lines", y a decir verdad debo decir que en ella falta una parte de la historia, justamente la que tiene que ver con estos benditos principios, cultura del trabajo, sacrificio y esfuerzo.

Conozco a Milena Walker hace más o menos quince años cuando era una jovencita empleada de una importante casa de electricidad de la ciudad. Ya desde esa época se caracterizó por su simpatía, sonrisa permanente y gran predisposición para atender a los clientes, dejando siempre de lado sus problemas personales que, como todos, sin duda los tenía.

Entablé con ella una linda relación y pude apreciar como tenía arraigados esos valores, ya que no solo trabajaba allí, sino que fuera de hora vendía productos de limpieza y los fines de semana preparaba exquisitas pastas y las llevaba a domicilio. Eran tiempos difíciles y había que ayudar en la economía familiar. 

Después de algunos emprendimientos regresó al rubro que más le gusta, la iluminación, la decoración y la ambientación, esta vez con su propio negocio. Otros tiempos, la misma sonrisa, la misa simpatía y la misma predisposición.

Milena nunca se sentó a esperar que le regalen nada, nunca fue a ninguna oficina a pedir nada, lo suyo simplemente fue trabajo, esfuerzo y sacrificio, siempre con compromiso, responsabilidad y honestidad. A pesar de los problemas y adversidades que la vida se empeña en poner. 

Hoy su negocio va creciendo día a día, cada vez más clientes salen satisfechos con su atención personalizada. Ella apostó siempre a estos valores que heredó de sus padres y abuelos y todo lo que obtenga lo tiene bien merecido.

Hay muchos emprendedores como Milena, nuestra ciudad es ejemplo en eso, ojalá haya muchos más por el bien de nuestra sociedad.


Marcelo Fontanetto

DNI 16.031.343

Rafaela

Autor: REDACCION

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