Automotores

Cuando en Argentina "mandaba" la Mecánica Nacional Fórmula 1

La categoría Fórmula 1 Mecánica Argentina, también conocida como simplemente Fórmula 1 Argentina, fue dentro del automovilismo argentino la sucesora de lo que antiguamente se llamó Fuerza Libre, cuya creación se remonta a la segunda mitad de la década de los años veinte en nuestro país y que fuera asimismo la precursora del Turismo de Carretera ya que con aquellos autos se corrían Grandes Premios de miles de kilómetros y también pruebas en circuitos acotados diseminados en varias zonas de nuestro país que incluyeron las prestigiosas 500 Millas Argentinas que se corrían anualmente en Rafaela,

De este increíble jalón de la Historia del Automovilismo se cuentan muchos otros temas y apasionantes capítulos que pocos países pueden lucir en su historial deportivo.  

Por dos décadas sus autos compitieron por el Campeonato Argentino para coches monoplazas también antiguamente encuadrados en la Fuerza Limitada, otra categoría complementaria de la Fuerza Libre, habiendo comenzado realmente a competir como tal en 1963 después que se adoptara el nuevo nombre y una nueva reglamentación permaneciendo en actividad hasta 1979, cuando por razones económicas y ante el avance de categorías más competitivas y de mayor peso en la asistencia de las multitudes a los circuitos fuera sustituida por la Fórmula 2 Nacional, destinada a convertirse en la favorita de los monopostos del público argentino primero y a nivel sudamericano después.

El reglamento de la Fórmula 1 establecía la construcción de coches al estilo de la máxima categoría internacional de la que tomaba el nombre, pero exigía que estuvieran hechos en un ciento por ciento en los talleres nacionales y equipados con motores de hasta 4 litros derivados de los motores de serie construidos en el país por lo que se homologaban aquellos motores de 6 cilindros tipo Chevrolet 230 o 250 que equipaban a los primeros Chevrolet 400, Ford 221 del Falcon, los Dodge 6 cilindros de los Valiant y los primeros Tornado derivados de los Continental de uso en los autos familiares de la IKA-Renault.

Toda esta revolución se debió gracias a las nuevas directivas económicas del gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962) que permitió la radicación y desarrollo de nuevas plantas fabriles de las automotrices americanas en el país que llevaron a la fabricación de nuevos modelos como los citados. Posteriormente nuevos motores se fueron agregando al parque como el Ford V8 F-100, el V8 del Fairlane, el nuevo motor Torino derivado del Tornado y que equipó el orgullo nacional que fue el Torino, el Chrysler V8 de las coupé Dodge GTX, etc y el reglamento también aceptó excepciones por lo que se incorporaron algunos chasis importados pero no en cuanto a motores que siempre fueron de construcción nacional aunque, lógicamente, con autopartes extranjeras de alta performance como sistemas de encendido, carburadores especiales, etc..

En su rico historial grandes figuras de otras categorías y otras nuevas se consagraron en sus campeonatos como Nasif Estéfano, Eduardo Copello, Jorge Cupeiro, Luis Rubén Di Palma, Jorge Omar Del Río, los rafaelinos Jorge y Carlos Ternengo, Pedro Passadore, Néstor Jesús García Veiga y tantos otros.

Se trató de pilotos que, además, corrían en otras categorías importantes como el TC y los Sports Prototipos, Turismo Nacional, y otras de amplia difusión a nivel nacional y zonal.

Naturalmente la F1MN no fue inmune a los vaivenes y peripecias económicas por los que pasó el país a lo largo de esas décadas y hubo varios años en que el parque se redujo a la mínima expresión pero en sus últimos años fue una categoría con muchas máquinas de buena factura. (Internet)

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web