Editorial

Crisis humanitaria

Mientras en la Argentina el informe difundido esta semana por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina puso nuevamente el dedo en la llaga de la pobreza ante el aumento de las personas que viven en esa condición, a nivel internacional las Naciones Unidas advirtieron que el mundo sufre la peor crisis humanitaria desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con el riesgo de que 20 millones de habitantes de cuatro países padezcan malnutrición y hambruna.

El subsecretario general y jefe de las operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O'Brien, alertó sobre la crítica situación en Yemen, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria, todos escenario de conflictos armados, a la vez que hizo un llamado urgente a la movilización, reclamando 4.400 millones de dólares a la comunidad internacional de aquí a julio para "evitar una catástrofe".

El funcionario sostuvo, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que si no hay respuestas de la comunidad internacional "mucha gente morirá de hambre, perderá sus medios de subsistencia y se revertirán las conquistas políticas que tanto costó lograr en los últimos años". Para O'Brien, "sin esfuerzos colectivos y coordinados globalmente, la gente simplemente morirá de hambre. Muchos más sufrirán y morirán de enfermedades".

Así, la pobreza extrema alcanza a millones de personas de esos cuatro países africanos donde la guerra parece ser la prioridad en lugar de la paz y de la atención de las necesidades básicas de las personas. Para O'Brien, si no se actúa de inmediato "la gente de esas naciones africanas simplemente morirá de hambre, muchos otros sufrirán y morirán de enfermedades. Los niños tendrán retrasos (de desarrollo) y faltarán a la escuela. Los medios de existencia, el futuro y las esperanzas se habrán perdido".

En este contexto, Yemen es escenario de la "peor crisis humanitaria en el mundo" pues dos tercios de sus 18,8 millones de habitantes necesitan asistencia y más de 7 millones "ignoran de dónde provendrá su próximo alimento", indicó el responsable.

Al menos, los recientes acuerdos entre los dos bandos permitieron el ingreso de una ayuda alimentaria para 4,9 millones de personas los últimos meses.

En tanto, en Sudán del Sur "la situación peor que nunca" debido a la guerra civil que azota al país desde diciembre de 2013, y que las partes beligerantes son responsables de la hambruna en el país, consideró O'Brien. Más de 7,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, es decir 1,4 millones más que el año pasado, en este país con 3,4 millones de desplazados.

En Somalia, más de la mitad de sus 6,2 millones de habitantes requieren asistencia y protección, incluidos 2,9 millones amenazados por la hambruna. Cerca de un millón de niños menores de cinco años sufrirán este año malnutrición grave, detalló O'Brien. "Lo que vi y escuché durante mi visita a Somalia fue abrumador, las mujeres y los niños caminan semanas para buscar comida y agua", indicó. "Perdieron su ganado, sus fuentes de agua potable se secaron y no les queda nada para sobrevivir" dijo el funcionario de la ONU al describir en el infierno en el que sobreviven millones de personas sin demasiadas expectativas y con el concepto de la esperanza tan vacío como sus estómagos.

Entre tanto, el noreste de Nigeria, foco de una insurrección de los islamistas de Boko Haram desde 2009, está golpeado por el calentamiento climático y es víctima de la mala gobernanza. Más de 10 millones de personas requieren ayuda humanitaria, de las cuales 7,1 millones enfrentan una "grave precariedad alimentaria", señaló O'Brien.

Así, las crisis humanitarias son fruto directo de las guerras intestinas de distintos países donde la vida no vale nada, o menos que nada.

A este informe de la ONU se agregan nuevos documentos de la Organización Mundial de la Salud en los que se advierte que más de un cuarto de los fallecimientos de los niños de menos de cinco años es atribuible a la contaminación ambiental.

Al respecto, el organismo consignó que cada año los riesgos medioambientales, entre ellos la contaminación del aire interior y exterior, tabaquismo pasivo, insalubridad del agua y la higiene insuficiente, provocan la muerte de 1,7 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo. Detalló que entre ellos, 570.000 niños mueren de infecciones respiratorias, como la neumonía, achacables a la contaminación del aire interior y exterior y al tabaquismo pasivo, y otros 361.000 fallecen por enfermedades diarreicas por carecer de acceso al agua potable y a medios adecuados de higiene.

Tanto el informe sobre la crisis humanitaria como los riesgos de la contaminación para los niños son ejemplos de lo mal que el mundo está haciendo las cosas y de la falta de compromiso con la vida misma.



 

Autor: Redacción

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