Entre tantas noticias pesimistas que se vienen produciendo cuando de economía y situación social se habla, se produjo una que realmente resulta positiva, al punto de renovar el optimismo, aunque llegue con cierto retraso, ya que aquí y en estos temas, todo suele ser muy vertiginoso. Es que días pasados se conoció la estadística laboral del último trimestre de 2017, descendiendo la desocupación a 7,2% con una mejora pequeña pero mejora al fin con relación a igual período de 2016 cuando la desocupación estaba en 7,4%, siendo datos del hoy creíble INDEC.

Cuando la proyección se hace a todo el territorio nacional, tenemos que en octubre, noviembre y diciembre hubo 1,4 millón de personas que buscaron y no encontraron empleo, siendo el mayor nivel de desocupación en la ciudad de Mar del Plata con 9,3% afectando a 28.000 personas, en tanto que en el Gran Buenos Aires fue de 9,2%, siendo 511.000 los sin trabajo, justo en la zona más álgida en cuanto a la problemática social. En cambio, con los índices más bajos San Luis con 1,2% y Posadas y Mendoza con 2,7%.

Con relación al subempleo, es decir gente que trabaja pocas horas y dispuesta a trabajar más, llega al 10,2% de la población económicamente activa, alrededor de 1,95 millón de personas, manteniéndose estable en cuanto a la comparación de un año atrás. El nivel más elevado de subocupación existe en el Conurbano con 11,6% y 649.000 afectados.

Algo que es para destacar es que en el último año hubo más gente que salió a buscar trabajo, ya que la tasa de actividad pasó de 45,3 a 46,4 y el empleo respondió favorablemente porque la tasa de ocupación pasó de 41,9 a 43, superando los bajísimos niveles de 2016  cuando la recesión pegó muy fuerte. En cuanto a los ocupados que igualmente salieron a buscar otro trabajo con 14,7% se mantuvo bastante elevado.

En síntesis, y como dato destacado, surge que de los 31 aglomerados revelados por el INDEC hubo 421.000 que salieron a buscar trabajo y lo encontraron en virtud que los ocupados suman 433.000 que un año antes. En caso de hacerse una proyección a todo el país, entonces la cantidad de ocupados nuevos asciende a 600.000.

Si en lugar de los datos del organismo oficial se toman los de la consultora LCG entonces tenemos que en el último año el empleo formal experimentó un alza de 2,2%, por debajo del empleo total, lo que estaría indicando una leve recuperación del trabajo registrado, dando como resultado la generación de 268.000 nuevos puestos laborales durante el último año, de los cuales poco más de 7 de cada 10 fueron creados por el sector privado, correspondiendo el resto a empleo público. Esto último es a todas luces negativo, ya que contradice absolutamente los anunciados del gobierno de la urgente necesidad de reducir el total de agentes del Estado.

Dentro de lo denominado como sector privado, es decir el empleo genuino y productivo, la mitad de los nuevos puestos refieren a la variante monotributo, unos 98.000, que cuentan con una mucho menor protección social que los asalariados. Estos sólo explican 4 de cada 10 nuevos empleos privados, lo que en parte relativiza la buena noticia de la baja de la desocupación por la creación de empleo.

Los mayores aumentos de puestos de trabajo se produjeron en San Juan, Formosa, Posadas y Tucumán, miengtras que por el contrario las mayores bajas fueron en Rosario, Tierra del Fuego, Comodoro Rivadavia y Rawson-Trelew, mientras que por regiones la desocupación subió en la Patagonia y el Noreste, en este último caso por la importante suba en la capital chaqueña Resistencia. Aquella misma que cuando Jorge Capitanich era jefe de Gabinete de Cristina Kirchner debía que tenía desocupación cero. Continuando con las regiones se mantuvieron estables la Metropolitana y la Noroeste, en cambio bajando el desempleo Cuyo y la Pampeana.

Este es el panorama de las mediaciones oficiales del empleo hasta fines de diciembre pasado. Hubo estadísticas con leves índices positivos, aunque desde entonces al presente ya pueden haberse modificado, siendo por lo tanto un escenario interesante, aunque todavía sin marcar una tendencia afianzada.