Editorial

Crece el gasto

En estos días, siendo además uno de los pocos actos de gobierno que tuvo una autorización encabezada por el vicepresidente Amado Boudou en ejercicio de la máxima magistratura, se modificó por decreto una enorme masa de dinero destinada al gasto público, superior a los 80.000 millones de pesos, constituyendo el mayor incremento en lo que va del año, agregándose a otros anteriores que habían sumado 60.000 millones, con lo cual tenemos que por sobre lo previsto y aprobado en el Presupuesto, se produjo un exceso de 140.000 millones de pesos, y aún con el año sin concluir. Todo lo cual, está dando pautas bastante expresivas en cuanto al desmadre que están teniendo las cuentas públicas, anticipándose previsiones en cuanto al rojo fiscal del ejercicio, que se estima en 120.000 millones, conformando nada menos que 4 puntos del PBI.

De acuerdo con el decreto de necesidad y urgencia, apenas unos 10.000 millones de esta nueva ampliación del gasto público será cubierta con mayores ingresos por la recaudación fiscal, con lo cual el déficit será engrosado con 70.000 millones, con lo cual y tal como se menciona anteriormente, el rojo del ejercicio se elevaría a los 120.000 millones.

El aumento del gasto está detallado en 400 planillas, teniendo carácter generalizado y extendiéndose a todos los ministerios y organismos públicos, aunque el grueso de lo autorizado tiene como destino el pago de vencimientos de intereses de la deuda,  para las más abultadas erogaciones de los subsidios destinados al sector energético, para el déficit operativo de las empresas públicas, como así también para aumentos salariales y de jubilaciones que no se encontraban previstos en el Presupuesto.

Cerca de 10.000 millones están directamente destinado al pago de servicios de la deuda y 4.000 al operadores privados del petróleo, en tanto que el área de Economía recibe 2.000 millones para reforzar  el Programa de Estímulo al Excedente de Gas Natural que fuera creado a comienzos de año para revertir el retroceso de la actividad del sector.

Otra área que recibirá gran parte de esta masa de dinero es el Ministerio de Interior y Transporte con la cual deberá afrontar los subsidios al transporte público de colectivos y trenes, para sostener a Aerolíneas Argentinas, y también para la compra de material ferroviario en China. Otra importante derivación es para el Ministerio de Planificación, que a través de CAMESA se encarga de la importación de energía y la cobertura de subsidios estatales al sector, como así también obras en provincias y municipios, además de la cobertura del déficit de empresas públicas.

No es complicado hacer deducciones, ya que en el caso de la importación de energía, se llevaba consumido el 99% de lo destinado en el Presupuesto, cuando aún quedaban dos meses por sostener, y además, con precios en alza, sobre lo cual se sospecha con elementos a la vista que antes de fin de año de deberá volver a realizar una nueva autorización con esta finalidad.

En cuanto a algunos rubros que llaman mucho la atención, aunque los montos sean pequeños comparativamente con los referidos hasta ahora, son los 300 millones que refuerzan los gastos en Fútbol para Todos y otros 170 millones para financiar la difusión de actos de gobierno. 

La liviandad que se advierte en el aumento del gasto público, debe recordarse, se afronta con mayor emisión monetaria, lo cual es uno de los factores centrales de motorización de la inflación, lo cual es justamente lo que trata de desarticular el gobierno, ya que su impacto se extiende hacia todos los sectores, tanto productivos como sociales, con un efecto negativo que está a la vista.

Justamente, por la inflación se produce un contrasentido en lo que se proclama y lo que realmente se hace. Es que por un lado el gobierno tiene el objetivo de asistir a las clases más desprotegidas buscando nivelar los ingresos, en tanto por el otro con la mayor emisión generadora de inflación es en el sector social donde con mayor fuerza impacta. Está claro que el flagelo inflacionario es en las clases de ingresos bajos donde mayor efecto perjudicial provoca.

La perspectiva es por cierto complicada, pues más allá de enunciados y declamaciones, se deberá provocar un importante ajuste en los gastos.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web