Editorial

Covid, origen incierto

El origen del coronavirus se encamina a transformarse en uno de los grandes misterios de la humanidad básicamente porque el país donde se originó, China, no muestra voluntad para favorecer el esclarecimiento sino todo lo contrario, obstaculiza el proceso científico de los investigadores para llegar a la verdad. En el primer año de la pandemia hubo fuertes cuestionamientos de distintos países hacia el gobierno chino por considerarlo responsable del drama sanitario que se desató en todo el mundo, que hasta ahora ha 219 millones de contagios y más de 4,5 millones de muertes. Incluso se llegó a reclamar una suerte de indemnización para compensar los gastos extraordinarios que debieron realizarse para atender la emergencia sanitaria. 

En el caso de la pandemia de Sars-CoV-2 conocemos las consecuencias: una verdadera y dolorosa tragedia en la salud de la población mundial, en la economía y en las relaciones cotidianas. Pero saber que paso en el principio, en la ciudad china de Wuhan, a fines del año 2019 e intentar rastrear al paciente cero, no parece ser un dato menor para comprender los secretos de un virus que, con sus constantes mutaciones, ha alterado la vida entera en el planeta Tierra, tal como sintetizó la agencia Noticias Argentinas. 

Como en todos los órdenes, las posturas sobre si es necesario destinar esfuerzos para avanzar en la búsqueda de la verdad generan debates complementarios. Para algunos virólogos e infectólogos de prestigio indagar sobre el comienzo de la pandemia es una pérdida de tiempo y recursos, en particular si se tiene en cuenta la gran cantidad de virus que han saltado desde los animales a los seres humanos en la historia de nuestra existencia como especie.

En este escenario mal iluminado, el prestigioso y polémico investigador Nicholas Wade, habitual colaborador de revistas especializadas de medicina como Lancet y Nature, y de periódicos estadounidenses de gran circulación, ha realizado una grave denuncia que implica a funcionarios del Partido Comunista Chino en extraña connivencia con altas autoridades de los Estados Unidos para ocultar y desviar información que podría esclarecer el origen de la pandemia por coronavirus.  Wade volvió a encender la polémica con su teoría acerca de una fuga de laboratorio que explique todos los datos disponibles acerca del Sars-CoV-2.

Ante la pregunta ¿de dónde surgió el nuevo coronavirus? existen dos grandes líneas de investigación. La primera, en la que coinciden una gran cantidad de científicos, señala que el virus se propagó de un animal a un ser humano por naturaleza. Ahora bien, la segunda línea de investigación, es una opción más inquietante, por las implicancias éticas y, por ende, políticas que conlleva. Consiste en la posibilidad que el virus haya evolucionado de manera natural pero que se filtró a la comunidad global cuando algún empleado de un laboratorio en Wuhan se infectó a partir de una muestra y accidentalmente se difundió. U, otra variante de esta teoría relacionada con la praxis humana, sostiene que científicos de un laboratorio en Wuhan manipularon muestras de virus y liberaron accidentalmente o intencionalmente el patógeno. 

Para Wade la teoría de un error humano “no solo es una hipótesis muy plausible, sino que es la más probable". El prestigioso virólogo argentino Pablo Goldschmidt, radicado en Montecarlo, no concuerda con estas teorías de complot relacionadas con las prácticas humanas. Sin embargo, en julio más de 30 científicos de las principales universidades del mundo volvieron a pedir en una carta abierta una investigación exhaustiva del origen del Sars-CoV-2, en momentos en que gana más fuerza la hipótesis del complot. 

Hallar la causa de la actual pandemia es clave para entender el Covid-19 pero además puede enseñarnos a prevenir otro drama sanitario como el actual. 





Autor: REDACCION

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