Cada vez que el clima castiga con fuerza algún rincón del planeta resurge con fuerza la cuestión del cambio climático y el debate sobre cómo las actividades realizadas por el hombre impactan sobre el comportamiento del tiempo. La sensación es que no cuidamos adecuadamente ni la tierra, ni el aire, ni el agua por lo que los distintos ecosistemas sufren un gradual deterioro que, en algún momento, puede tornarse irreversible.
En Italia esta semana se volvió a instalar la problemática ambiental y climática a partir de tormentas que provocaron al menos 20 muertos, con violentos vientos y fuertes lluvias que arrasaron bosques especialmente en el noreste del país.
El mundo deberá emprender transformaciones "rápidas" y "sin precedentes" en sectores como la energía, la industria o las infraestructuras si quiere limitar el alza de las temperaturas a 1,5 ºC, aseguran los expertos de la ONU sobre el cambio climático (IPCC). En un informe de 400 páginas, cuyo "resumen para los responsables políticos" se publica en octubre pasado, los científicos exponen los numerosos impactos climáticos que afronta el planeta y que podrían aumentar si las temperaturas suben más de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales: olas de calor, extinción de especies y deshielo de los casquetes polares entre otras consecuencias negativas. Cada pequeño episodio de calentamiento adicional importa, sobre todo porque superar los 1,5 ºC aumenta el riesgo de cambios profundos o incluso irreversibles, como la pérdida de algunos ecosistemas, explicó Hans-Otto Pörtner, copresidente de esta reunión del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), en la que participaron investigadores y representantes de los Estados y que se desarrolló en octubre pasado en Corea del Sur.
Si el calentamiento "sigue creciendo al ritmo actual" por culpa de las emisiones de gas de efecto invernadero, se alcanzará un alza de las temperaturas mundiales de 1,5 ºC "entre 2030 y 2052", señala el informe basado en más de 6.000 estudios. Y si los Estados se ciñen a los compromisos de reducción de emisiones que presentaron en el Acuerdo de París sobre el clima, en 2015, la subida de las temperaturas será de 3 ºC a finales del siglo XXI.
Respecto al futuro, surge la pregunta obligada: ¿Qué se puede hacer para evitar ese escenario, teniendo en cuenta que las emisiones mundiales vinculadas a las energías volvieron a crecer en 2017? Para el IPCC, las emisiones de CO2 deberán caer en un 45% de aquí a 2030 para limitar el calentamiento a 1,5 ºC, y el mundo deberá alcanzar en 2050 una "neutralidad de carbono", es decir, que tendrá que dejar de emitir más CO2 del que se retira de la atmósfera.
Los expertos de la ONU piden a todos los sectores implicados que lleven a cabo "una transición rápida" y de una magnitud "sin precedentes" para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Insisten en la energía, ya que el carbón, el gas y el petróleo son responsables de tres cuartas partes de las emisiones, y proponen varios escenarios que incluyen distintas acciones posibles. El informe da a los responsables políticos la información que necesitan para tomar decisiones para luchar contra el cambio climático sin olvidar las necesidades de las poblaciones, dijo la sudafricana Debra Roberts, otra copresidenta de esa reunión, que considera el informe como "un llamamiento a la coordinación". Y con un tono apocalíptico, advirtió que "los próximos años serán los más determinantes de nuestra historia".
Por su parte, la climatóloga francesa Valérie Masson-Delmotte, que también estuvo en Corea del Sur, cree que el informe deja un "balance lúcido y difícil: la política de los pequeños pasos no basta". Consideró que si no se actúa ahora mismo, la humanidad se dirige hacia un mundo en el que siempre estará gestionando crisis.
De acuerdo al reporte del IPCC, Los riesgos son menores si se trata de un aumento de +1,5ºC en vez de +2ºC, tanto en cuanto al número de eventos extremos, olas de calor, lluvias diluvianas, fuegos forestales, invasiones y extinciones de especies, productividad de los océanos, rendimiento agrícola y pérdida del permafrost, los suelos helados de las Grandes altitudes. No obstante, frenar el mercurio a +1,5ºC de aquí a 2100 podría no bastar para frenar la desestabilización de los casquetes glaciares de la Antártida y de Groenlandia, lo que equivaldría a una importante subida del mar en los próximos siglos.
El resumen provisional sugiere, en sus gráficos, que el máximo de emisiones mundiales de CO2 será alcanzado en 2020.
¿Qué hacer? "No hay una respuesta simple", según el IPCC de la ONU. La transición debe ser "rápida y vasta" y debe suceder entre los próximos 10 y 20 años, en materia de sistemas energéticos, urbanos, industriales... La mejor opción es pues una reducción rápida de las emisiones, según los expertos.