SAN JOSE Y SAN SALVADOR, 3 (AFP-NA). - Costarricenses y salvadoreños concretaron ayer una nueva elección presidencial, cuyos resultados eran aún un misterio al cierre de la presente edición. Los primeros resultados oficiales se esperaban para las primeras horas de hoy.

Los costarricenses votaron ayer para elegir presidente, en orden y en un ambiente de fiesta, en unos inciertos y apretados comicios, con la derecha en el gobierno y una izquierda emergente como favoritos entre cuatro candidatos con probabilidades de triunfo.

Bandas populares y activistas ondeando banderitas animaron desde las 06H00 locales (12H00 GMT) a los electores en los centros de votación, adonde estaban llamados 3,1 millones de costarricenses para designar al sustituto de Laura Chinchilla, la primera mujer que llegó a la presidencia en la historia de Costa Rica.

Johny Araya, alcalde de San José por más de dos décadas, aspira a sus 56 años lograr para el Partido Liberación Nacional (PLN), agrupación socialdemócrata que viró a la derecha, el tercer periodo consecutivo.

Sus aspiraciones se ven seriamente amenazadas, según los sondeos, por el diputado y ecologista de 36 años José María Villalta, de la agrupación Frente Amplio (FA) que por primera vez le da a la izquierda opción de triunfo en la conservadora Costa Rica.

EN EL SALVADOR

SAN SALVADOR, 3 (AFP-NA). - Los salvadoreños votaron ayer para decidir si mantienen en el poder a la exguerrilla de izquierda o si permiten el regreso de la derecha, en unos comicios presidenciales fuertemente resguardados por policías y militares. 

Un total de 4,9 millones de electores estuvieron llamados a elegir al relevo de Mauricio Funes, primer presidente de izquierda en la historia del país, entre cinco candidatos, con los aspirantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda) y de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) como favoritos. 

Acompañado de militantes que coreaban "un paso al frente con el Frente", el postulante del FMLN, el excomandante guerrillero y actual vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, sufragó en el Teatro de Cámara de la capital, con la promesa de formar un gobierno de unidad.

"Un gobierno abierto con la participación de diferentes sectores", que abra las puertas "a todos los candidatos para trabajar juntos por un gran acuerdo nacional", subrayó Sánchez Cerén, un exmaestro de 69 años. 

Su principal rival, el alcalde capitalino Norman Quijano, odontólogo de 67 años, votó poco después y celebró que sean unos "comicios tranquilos".