SEUL, 2 (AFP-NA). - La presidenta del Corea del Sur, Park
Geun-hye, amenazó este lunes con una "enérgica" represalia a
cualquier provocación por parte de Corea del Norte, con el
respaldo de Estados Unidos, que desplegó aviones caza furtivos
F-22 mientras aumenta la tensión con el régimen norcoreano.
El sábado, Pyongyang afirmó que se encontraba "en estado de
guerra" con Corea del Sur. Las dos Coreas están técnicamente en
guerra debido a que la Guerra de Corea de 1950-53 terminó con un
armisticio, y no con un tratado de paz.
La mandataria surcoreana, líder de los conservadores y halcones
de su país, se reunió el lunes con altos jerarcas militares y con
su ministro de Defensa.
En esa oportunidad, Park dijo que toma
"muy en serio" las amenazas cotidianas del Norte.
"Creo que debemos realizar una represalia enérgica e inmediata,
sin ninguna otra consideración política si (Corea del Norte)
protagoniza cualquier provocación contra nuestro pueblo", dijo Park.
Su ministro de Defensa, Kim Kwan-jin, precisó que Corea del Sur
llevará a cabo, en caso de necesidad, ataques preventivos contra
las instalaciones nucleares y militares norcoreanas.
"Nosotros (...) realizaríamos rápidamente lo que se llama una
disuasión activa para neutralizar las amenazas nucleares y
balísticas del Norte", advirtió.
Un nuevo contencioso tiene lugar actualmente en la Península
Coreana desde diciembre pasado, cuando el Norte llevó a cabo un
lanzamiento exitoso de un cohete considerado por Estados Unidos y
Corea del Sur como un tiro de ensayo de un misil balístico.
Luego, Pyongyang llevó a cabo su tercer ensayo nuclear,
desencadenando la adopción a principios de marzo de nuevas
sanciones de las Naciones Unidas. La escalada no ha cesado desde entonces.
Park, una política conservadora que defendió una relación de
compromiso cauteloso con el Norte durante su campaña electoral,
pasó a adoptar una línea más dura desde que asumió el poder en
febrero, poco después de que Corea del Norte realizó su tercera
prueba nuclear.
Las tensiones militares entre las dos naciones han aumentado
considerablemente durante las últimas semanas, cuando Corea del
Norte profundizó su retórica bélica contra Corea del Sur y Estados
Unidos.
En protesta por las maniobras militares conjuntas realizadas
por Corea del Sur y Estados Unidos, el gobierno de Corea del Norte
declaró nulo el armisticio que interrumpió la guerra de Corea en
1953, y llegó a amenazar con un "ataque nuclear preventivo" contra
blancos surcoreanos y estadounidenses.
Los gobiernos de Corea del Sur y Estados Unidos ya alertaron a
Pyongyang sobre las severas repercusiones que tendría cualquier
agresión. Washington envió a la región sus bombarderos B-52 y B-2,
con capacidad de cargas armas nucleares, así como cazas furtivos F-22.
Este lunes, un portavoz de las fuerzas estadounidenses indicó a
la AFP que aviones caza furtivos F-22 Raptor habían llegado la
víspera a Corea del Sur para participar en los ejercicios "Foal
Eagle", que durarán hasta el 30 de abril.
El domingo, el líder norcoreano Kim Jong-un presidió una
reunión del comité central del partido único, el Partido del
Trabajo. Ese comité decidió que el derecho de poseer armas
nucleares "deberá estar inscrito en la ley" y que su arsenal será
mejorado "en calidad y en cantidad".
Además, Estados Unidos desplazó cerca de las costas de Corea
del Norte un destructor capaz de interceptar misiles, dijo este
lunes una fuente del Pentágono.
El "USS Fitzgerald", que participó en unos ejercicios con Corea
del Sur, fue trasladado al suroeste de la península coreana en
lugar de retornar a su puerto de origen, en Japón, dijo un alto
funcionario militar que requirió anonimato.
El sábado, Rusia pidió a las dos Coreas y a Estados Unidos "la
mayor responsabilidad y moderación".
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano de
Defensa, Chuck Hagel, destacó que Washington no se dejará
intimidar por las amenazas belicosas de Pyongyang y que está
preparado para hacer frente a "cualquier eventualidad".