Un informe publicado por LA OPINION respecto al comportamiento de la industria de la construcción durante el primer trimestre del presente año en Rafaela, sustentado en datos oficiales obtenidos en el área específica de la Municipalidad y además, con la consulta a profesionales de la arquitectura y de operaciones inmobiliarias que desarrollan sus actividades aquí, arrojó como resultado posicionamientos bastante encontrados. Es decir, y tal como utilizamos en el título de esta nota editorial, con oscilaciones que ubican a este rubro dentro de una situación de vaivén.
Es que según los datos estadísticos oficiales y muy concretos, este trimestre conformado por enero, febrero y marzo superó por un 30% los permisos de construcción otorgados en igual período de 2011, lo cual trasluce una situación poco menos que inmejorable para la actividad, aunque el análisis que hacen especialistas en el tema contradicen esa perspectiva, argumentando que aunque los números manifiesten ese importante crecimiento, en realidad es muy probable que se trate de solicitudes de permisos que habían quedado postergados del año anterior y ahora fueron acumulándose para dar esta estadística tan positiva. Y además, coincidiendo en que el mercado se encuentra en retracción respecto al año anterior, en casi todos los aspectos, pues además de la construcción se agrega también la comercialización de viviendas, aunque en este último caso haya tenido fuerte participación para explicarlo, tanto el momento de incertidumbre que se vive como el "secado" de dólares que se hizo en el mercado consecuencia de los rígidos controles dispuestos por el gobierno respecto al uso de la divisa estadounidense.
De todos modos, y aún considerando esa situación como válida dadas las circunstancias, también debe tenerse en cuenta para balancear esta perspectiva, que los ladrillos continúan siendo la inversión más segura en este momento, de acuerdo al criterio de la mayoría, de modo especial en una zona como la nuestra, donde se opta por esta posibilidad antes que otras que ofrecen mayores riesgos.
Si bien aquí en Rafaela los permisos de construcción crecieron 30% en el trimestre respecto a la medición interanual, y también lo fue en proporción parecida en el total de superficie cubierta, siendo este año de 27.749 metros contra 20.686 del año anterior, en cambio en el ámbito nacional la construcción estuvo en retracción estos tres primeros meses ya que según lo informó recientemente el INDEC el crecimiento fue de apenas 1,5% en ese lapso. Como vemos, las diferencias son notables, por lo cual algo extraño debe haberse producido, ya que casi siempre las tendencias son muy parejas, tanto en este como en cualquier otro rubro que se busque como motivo de comparación.
Es muy factible entonces, tal como se puntualiza al comienzo, que este fuerte crecimiento en los permisos de construcción haya sido por postergaciones que vienen de iniciativas de los últimos meses de 2011 y que recién ahora se hicieron efectivas. De todas maneras, para dejarlo en claro, la comparación del 30% local con el 1,5% nacional no es totalmente válida en cuanto a la confrontación, por ser diferente el campo que en cada lugar se abarca -aquí los permisos, allá todo el conjunto de la actividad-, si bien es dable utilizar para el desarrollo de este análisis.
La verdadera tendencia local sobre la construcción se tendrá recién en este segundo trimestre que nos encontramos transitando, tomando también un lapso de igual amplitud que pueda ser un testigo de la mayor fidelidad posible en cuanto a las estadísticas que arroje. Allí se verá entonces si esta explosiva expansión en cuanto al requerimiento de permisos se mantiene, o si bien se ingresó dentro de una perspectiva mucha más ajustada a la realidad, esa misma que describen entendidos en el tema, o bien la que ofrece el ámbito nacional merced a los índices del INDEC.
Recordemos, al momento de buscar argumentaciones, que la industria de la construcción no sólo es la más movilizadora de toda la actividad, tanto en materia de insumos de un amplísimo abanico de variedades, como en mano de obra profesional, artesanal y de simples auxiliares, Y que también, constituye un indicativo para medir la marcha del total de la economía, ya que es receptora de buena parte de los ahorros que se destinan a la inversión.