Suplemento Economía

Con Macri o con Cristina, lo que más sube es la canasta básica

Por Javier Alvarez


La Argentina acumuló en los últimos diez años una inflación superior al 1.000%, con una serie de desequilibrios que llevaron a que comer y mantener la vivienda se haya encarecido más que, por ejemplo, llenar el tanque de un auto de alta gama.

Algunos datos oficiales dejan en evidencia que tanto con el gobierno de Cristina Kirchner, en el que el Estado tuvo mayor presencia por medio de subsidios, y con la gestión de Mauricio Macri, más abierta al libre mercado, el precio de la comida y la ropa crece incluso más que el de los combustibles.

Si bien los datos de inflación varían por la tergiversación de la inflación que hizo el Indec mientras estuvo intervenido durante el kirchnerismo, las consultoras y economistas coinciden en que entre 2008 y 2018 los precios de la economía subieron más de 1.000%.

La canasta básica de alimentos y servicios, con la que el Indec establece la línea de la pobreza, aumentó la friolera de 1.646% al pasar de 955 pesos en enero de 2008 a 16.677 pesos este mes, según los reportes del organismo de estadísticas.

La Canasta Básica Total (CBT) contempla los alimentos y otros bienes y servicios como vestimenta, transporte, educación, salud, entre otros, por lo que establece una línea que hoy no supera el 30% de la población del país.

Según Unicef, casi la mitad de los niños argentinos son pobres: sobre la base de datos del Indec, esa organización dijo que hay 5,6 millones de chicos en la pobreza, de los que 1,3 millones son indigentes, sufren hambre.

La suba de los precios de los alimentos pasa casi desapercibida para la opinión pública, que se lamenta y murmura únicamente cuando se para frente a las góndolas del supermercado, y tampoco escandaliza a los medios de prensa como sí ocurre con los combustibles.

Los precios de los combustibles continúan aumentando ahora sin freno en la Argentina, tras el cambio de Gobierno y liberalización del mercado, y ya acumularon una alza de hasta el 1.200 por ciento en los últimos diez años.

Así lo indica un relevamiento de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) en base a precios de YPF en su red propia de estaciones de servicio (OPESSA).

El precio de la nafta súper subió 1.108,7% desde enero de 2008, al pasar de $1,95 por litro en YPF a $23,57; la premium se incrementó 1.142,3%, al saltar de $2,20 a $27,33.

A su vez, el valor del gasoil, insumo clave para el transporte de cargas y pasajeros, mostró un ajuste al alza del precio de 1.199,3%, al pasar de $1,60 a $20,79; y el de mayor calidad, el eurodiesel, escaló 953% de $2,30 a $24,22.

Durante los ocho años del Gobierno de Cristina Kirchner, el valor de la canasta básica aumentó 653,3%, al pasar de $955 a $7.194; este último número corresponde a la consultora FIEL, dado que el Indec había dejado de medir las canastas.

En ese mismo lapso de los dos mandatos de la ex Presidenta, el precio de la nafta súper se incrementó 567,2% (de $1,95 a $13,01); la premium se encareció 565,9% (de $2,20 a $14,65); el gasoil aumentó 638% (de $1,60 a $11,81); y el eurodiesel, 488,7% ($2,30 a $13,54).

A su vez, en los dos años de gestión de Macri en la que hubo un descongelamiento que llevó a las tarifas de luz, gas y agua a subir muy fuerte, la canasta básica más que duplicó su valor: saltó un 131,8% al pasar de $7.194 a $16.677.

En ese mismo tiempo, la nafta la nafta súper subió 81,17%, al pasar de $13,01 a $23,57; la Premium se elevó 86,55%, de $14,65 a $27,33; el gasoil ascendió 76%, de $11,81 a $20,79; y el eurodiesel, mostró un alza del 78,9%, de $13,54 a $24,22.

Así, con Mauricio Macri y con Cristina Kirchner, y con las diferencias sustanciales en sus políticas económicas, comer, vestirse e ir a la escuela en transporte público se encareció más que llenarle el tanque a un auto de alta gama.

La situación, persistente a lo largo de al menos los últimos diez años, golpea a los ciudadanos más pobres que dedican hasta el 100% de sus ingresos a satisfacer necesidades básicas.

Autor: REDACCION

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