Los obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, encabezados por su presidente José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, hicieron público un documento al término de la 170ª reunión, en el que expresan algunas reflexiones sobre los próximos actos electorales (primarias y generales) que se efectuarán en los órdenes nacional, provincial y local a lo largo del año en curso.
El documento de referencia lleva por título “Las elecciones, exigencia de compromiso ciudadano”, y agrega una frase del papa Francisco: “Ciudadanos responsables en el seno de un pueblo”. De este encuentro episcopal también participó nuestro obispo diocesano Luis Fernández.
“Después de más de treinta años de vida democrática ininterrumpida y en vísperas del Bicentenario de la Independencia, este año 2015 está marcado por una serie de actos electorales en todos los niveles (nacional, provincial y municipal). En tal contexto, nos parece oportuno compartir algunas reflexiones con nuestros hermanos argentinos”, destacaron.
Frente a los hechos de inseguridad en distintos ámbitos sociales, advirtieron que las elecciones "no habrían de encender violencias o generar enfrentamientos irreductibles, sino ser ocasión para un sano ejercicio de las libertades políticas y civiles. No hemos de reducir el ejercicio democrático sólo a la cuestión electoral cada dos años, sino asumir cada día la necesaria participación ciudadana”.
A decir verdad, el proceso electoral es una preciosa oportunidad para un debate cívico acerca del presente y del futuro que deseamos para la Argentina. Al respecto, expresaron que "es necesario crecer en madurez para que un cambio de autoridades no signifique una crisis sino una alternativa normal de la vida democrática".
En la oportunidad, reiteraron lo expresado en “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016)”: “la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución, cuyo deficiente funcionamiento produce un alto costo social. Resulta imprescindible asegurar la independencia del poder judicial y la plena vigencia de la división de los poderes republicanos en el seno de la democracia”.
En temas importantes y permanentes, sea posible acordar entre los distintos partidos y sectores sociales políticas de Estado que se desarrollen más allá de los cambios de gobierno, de manera que "las legítimas iniciativas que cada nuevo candidato proponga implementar, no signifiquen hacer tierra arrasada y abandonar todo lo hecho hasta ese momento".
Algunos objetivos comunes deberían transformarse en políticas de Estado para el nuevo gobierno nacional: la superación de la marginación y la pobreza extrema, la desnutrición infantil, la generación de fuentes de trabajo, el respeto de los derechos humanos y la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el fortalecimiento de una educación inclusiva y de calidad, la lucha contra el narcotráfico y la trata de personas, la disminución de la inflación que impide el crecimiento y erosiona gravemente los ingresos de los más pobres, la transparencia en la administración pública y la lucha contra toda forma de corrupción.
En este sentido, la elección presidencial, con toda su importancia, no debe ocultar la relevancia de las elecciones en otros niveles, y en particular la de legisladores. "Al ponerse de relieve las diversidades entre propuestas, candidatos e ideologías, no debe hacernos perder de vista lo que nos une. El Papa nos invita a mirar nuestros vínculos más allá de legítimas pertenencias partidarias o de sector. Por eso nos dice que ´convertirse en pueblo es todavía más, y requiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se ve involucrada. Es un trabajo lento y arduo que exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una pluriforme armonía´ (Francisco, El gozo del Evangelio, N° 220)”, señalaron.
Y fueron más allá en las reflexiones: “Las elecciones de este año debería ser un momento propicio para iniciar un examen de conciencia colectivo, y para proponernos como sociedad metas exigentes, que nos estimulen a crecer en la cultura del diálogo y el encuentro”.
Tenemos que pasar de simples habitantes pasivos y sin compromisos a ser ciudadanos comprometidos con el futuro de Argentina, en uno de los mecanismos participativos que ofrece el sistema democrático. “La responsabilidad es de todos. Nadie podría excusarse razonablemente de participar, según sus posibilidades, en el esfuerzo de seguir afianzando una mejor convivencia en nuestra Patria”, concluyeron los obispos, en un documento para seguir reflexionando.