Sociales

COMPASION

Compasión viene de "cum" y "passio", que significa "padecer con". Es un sentimiento estrechamente ligado al amor. Nadie puede compadecerse de alguien si no tiene alguna capacidad de amar. Además, nadie tiene verdadera compasión si no hace nada para ayudar a quien está sufriendo.

Esta virtud es cultivada por todas las grandes religiones. En el budismo, por ejemplo. Quisiera compartir con los lectores un texto del tibetano Targhang Tulku, maestro budista de reconocida trayectoria:

"La compasión es el arte de experimentar plenamente la situación del otro. Pero  como vivimos en un mundo en el que es difícil relacionarnos con los demás ( incluso con nuestros buenos amigos), dedicamos los esfuerzos a protegernos y proteger nuestras pertenencias. Rara vez nuestro interés va más allá de nosotros mismos. Así, el afecto y la sensibilidad hacia los demás, básicos para la compasión, tienen poca oportunidad de crecer.

Una manera de aprender a ser compasivos es cultivar el deseo de ayudar a los otros. Ese solo gesto abre automáticamente el corazón. Nuestras perspectivas se ensanchan y la sensibilidad hacia las necesidades de los demás aumenta, y esto nos lleva a desarrollar la capacidad para dar una verdadera ayuda.

Y cuando el corazón se abre de verdad, uno puede comunicarse con todos los seres, con todo lo que existe. La compasión, cuando es genuina, está más allá de los pensamientos y del yo.

Genera un profundo sentido de aceptación y de perdón hacia quienes nos han causado dolor. Cuando somos sensibles a las debilidades y al egoísmo de los otros, nos damos cuenta de que el mal que hacen lo hacen por ignorancia".

A lo largo de la vida uno va descubriendo cosas que antes pasaban desapercibidas. Una de ellas es que hay una estrecha relación entre la virtud o santidad personal y su capacidad de compasión. Las personas más compasivas suelen ser las que han desarrollado en sí la mayor virtud.

La enseñanza y la conducta de Jesús demuestran por sí mismas lo que digo. Sobre todo su conducta tal vez la expresión mayor debamos encontrarla en el momento supremo de su vida. Salvajemente torturado, clavado en la cruz con dolores inenarrables, pudo suplicar:"Padre, perdónalos: no saben lo que hacen".

Autor: REDACCION

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