Katunga fue una novedad en su momento. Yo pertenecía a La Joven Guardia donde estuve un año. Fui a Estados Unidos con ellos porque la RCA nos pagó el viaje para que el grupo trascendiera la frontera. En Nueva York tuve la posibilidad de ver a Carlos Santana en vivo en el teatro Gilmore. También vi a otros grupos. Cuando volvemos a Argentina, resulta que Roque Narvaja vuelve a La Joven Guardia, entonces yo hablo con un productor y le ofrezco formar algo parecido a Santana. Estamos hablando de una época donde no había tanta interconexión como ahora con redes sociales. Entonces hicimos la primera fusión en Argentina de rock latino, porque era imposible pensar que un grupo como Los Beatles tuvieran timbaleta o tumbadora, era algo impensado en aquel momento. Por supuesto que fue una creación de Santana. Pero cuando lo trajimos acá fue una novedad muy grande porque estaban los grupos de rock y los de cumbia -como Los Wawancó, el Cuarteto Imperial- pero no había una fusión de ritmos. Es más, de Córdoba una vez, uno de los cuarteteros famosos dijo que uno de los creadores de esto fue Katunga -cosa que me puso muy orgulloso porque fue el primero que incursionó en poner en ritmos pop, rock, instrumentos como bongó, timbaleta, tumbadora, cencerro, güiro, pusimos todo. Bueno, eso fue un éxito inmediato, en aquel momento nos llamaron Zandunga, ni siquiera era Katunga, porque justamente también pensando un poco en Santana nos pusimos Zandunga. Empezamos a trabajar muchísimo en los festivales de rock junto a Manal, Almendra, Conexión N° 5, todos los grupos de aquel momento. El festival Buenos Aires Rock, el Luna Park. Después tuvimos un problema, fuimos a comprar instrumentos a Estados Unidos y cuando vinimos la aduana nos quitó todo, nos hicieron un juicio, tuvimos un problema muy grande porque era mucho dinero, entonces la compañía discográfica nos ofreció grabar el “Veo, veo”. Primero estábamos un poco reticentes porque veníamos de hacer rock and roll y otras cosas. Bueno, grabamos el “Veo, veo” y fue un éxito enorme. El tema era de un muchacho que se llama Néstor Bernis, un chico macanudo, que vino con una guitarrita y cantó el tema. A partir de ahí ya Santana quedó atrás y empezamos a tomar nuestra propia identidad. Locuras de juventud, teníamos veinte años, yo tuve que pedir la prórroga de la colimba que era obligatoria porque estudiaba arquitectura. Me fui España con el grupo y vivimos un año en Europa, grabamos un disco en inglés, en italiano. Siempre hacíamos música internacional -Jethro Tull, Santana- y metíamos nuestra música con los temitas, algunos temas de Julio Iglesias al ritmo nuestro que todavía hoy están en you tube. Nos quedamos a vivir más de un año, volvimos a la Argentina, y de la mano de Palito Ortega y Lalo Fransen iniciamos otra vez la carrera de Katunga, y grabamos “Mirá para arriba, mirá para abajo” que es un tema de Palito, siempre en RCA. En realidad en la compañía nos querían matar porque nos fuimos a España y fue después del éxito del “Veo, veo”, quien nos defendió en ese momento fueron Palito y Lalo -que era productor- diciendo que debían darnos otra oportunidad. Y grabamos “Mirá para arriba” que superó el éxito del “Veo, veo” porque la revista Record World de Miami nos dio el premio al grupo más popular de Latinoamérica porque llegamos a ganar discos de oro en todos los países latinoamericanos con “Mirá para arriba” y “Por una negrita”. Hicimos una gira que duró tres meses por México, Panamá, Guatemala, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia. La pasamos bárbaro.
Cuántos integrantes éramos
Cinco. Al principio los dos primeros años éramos seis -hace cuarenta y cinco años- uno se fue y por cuestión de costos quedamos siempre cinco.
¿Siempre con los originales?
Siempre. Siempre Katunga fue una familia. Lamentablemente hay dos que fallecieron que son el Negro Pancho original, y el bajista Juanito que fue Eduardo Koremblit.
Tiempos menos generosos
Cuando nos vamos de RCA después de ganar varios discos de oro. Sacamos un tema que se llamó “Ayer pasé por tu casa” con el que no pasó nada, después otro “Millonario de amor” tampoco pasó nada, acostumbrados al éxito anterior. Ya no entraba a la compañía como antes, si no me hacía anunciar. Y ahí surge la compañía nacional más importante que tuvo Argentina creo, que fue Microfón con los hermanos Kaminsky. Nos ofrecen ir ahí, lo pensamos mucho, entramos y metimos “El que no baila es un aburrido”, “Me gusta la parranda”, el disco más vendido en la historia de Katunga fue el disco de boleros “Por siempre boleros, por siempre amor”. Después de eso hicimos todas las películas: Los éxitos del amor, La carpa del amor. Ibamos todas las semanas a Rosario a grabar la serie de televisión La discoteca del amor. Teníamos mucho éxito con Microfón acá y afuera del país pero como soy inquieto puse un sello propio AKC Records. Y ahí impusimos “El Negro no puede”. Después la cuestión discográfica se fue muriendo. La gente quiere escuchar lo de antes. Nunca dejamos de trabajar. Ahora estamos limitados en un ambiente de gente mayor. Por supuesto que no vamos a los bailes que van los pibes. Pero sí a los festivales, fiestas populares, vamos a las provincias enviados por Cultura de la Nación.
Cómo surge una canción de éxito
¿Saben cómo salió “El que no baila es un aburrido”? Salió del Mundial ’78, yo fui a ver la final. Cuando se cantaba “el que no salta es un holandés”. Estábamos grabando y les digo tenemos que hacer algo con ese cantito de tribuna. Empezamos a pensar, y salió “El que no baila es un aburrido”, lo armamos ahí en el estudio de la compañía discográfica.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Diego Chamorro