Aparecieron desde el inicio. Cuando decidimos formar Urraka quisimos que tenga esta particularidad de que los instrumentos empecemos a fabricarlos nosotros, en algún punto porque había muchos chicos que venían de trabajar en otros grupos con esta modalidad y querían seguir investigando este tipo de técnica, y seguimos profundizando eso. Después fue una excusa en realidad porque con el tiempo nos dimos cuenta que lo que sucedía escénicamente es más potente que lo que pasa a nivel constitutivo con los instrumentos. Como que en algún punto te olvidás viendo Urraka que son instrumentos que están fabricados por nosotros, pero están siempre en escena.
Qué instrumentos son y de qué material
En algún punto no son convencionales, no son instrumentos que necesitamos un desarrollo técnico para ejecutarlos. Lo que tratamos de hacer es la búsqueda de un sonido, y nos basamos en agudos, graves, vamos a lo primario, y después tratamos de simular ciertos sonidos que nos parecen que son necesarios para la situación. Si buscamos algo melódico tratamos de encontrar algo que nos genere melodía, y nos damos cuenta que una botella de vidrio con agua puede generar un sonido así, y depende de la cantidad de aire que le demos. Muchas veces los materiales ya traen intrínsecos un sonido particular que hay que descubrir y muchas veces está ahí y no necesitamos modificar mucho el material. Hay materiales que suenan así, como una garrafa que tiene un sonido por el material, por la forma. Hay otros que son más complejos y llevan toda una elaboración de luthier, donde hay una investigación, un desarrollo de la idea. Hechos con pvc, mangueras, infladores de pie. Y a veces ese proceso de investigación es bastante frustrante porque no suena, y es cuestión de ensayo y error. Te volvés loco, pero a veces se generan cosas buenas.
Cómo es el presente de Urraka
En realidad no sabría decir cómo viene. Sí que la compañía tiene diez años encima y este año estamos en esa celebración. El año pasado tuvimos la posibilidad de ir a Brasil, a Uruguay, a Chile, y la idea es que este año hay ofertas de afuera. Lo de Brasil fue en un circuito cultural muy grande, gustó mucho el espectáculo, es muy difícil entrar y tuvimos la posibilidad de estar ahí, el tipo de humor funcionó, aunque tenía mis dudas sobre eso, no usamos casi la palabra en el espectáculo, fue como un cine mudo en escena, y allí funcionó más allá del idioma. Ahora estamos por hacer una temporada en el Konex, luego hacemos gira en vacaciones de invierno, y proyectarnos afuera lo más posible.
Nuestro público en Argentina
Urraka es un espectáculo apto para todo público, siempre decimos que la pasa bien un nene de tres años y una persona de noventa. Tratamos de estar en cartel todo el año, aunque es un momento difícil para el teatro. Estamos contentos con los lugares que nos permiten presentarnos.
Lo que me propuse en aquel momento y lo que me propongo hoy como cofundador y director de Urraka
En lo personal en aquel momento mucho no me puse a pensar qué era lo que me proponía con Urraka. Yo sabía que lo quería hacer era juntarme con un grupo de amigos con los que trabajaba tratar de generar un hecho artístico que, si me daba la posibilidad de vivir de eso, bienvenido. Y la verdad que funcionó, me siento afortunado por eso, porque podemos vivir de lo que nos gusta, los siete integrantes estamos dedicados a esto, que no es poco para nosotros. Pero en su momento ni lo tenía pensado, soñaba con que fuera bien y podamos mostrarlo en distintos teatros adelante de mucha gente. Ahora me doy cuenta que sí, si te ponés a soñar… Todavía sueño con Urraka eso quiere decir que me mantiene vivo y el proyecto está vivo.
Lo que quise llevarle al público con Urraka
Creo que Urraka no nace como una propuesta que quiera hacer pensar a la gente algo en particular, sino que eso llega por inercia, como que en algún punto escapó a nosotros esa situación. Lo pensamos como un espectáculo de humor, de tratar de hacer cosas que a nosotros nos diviertan, de tratar de hacer pasar un momento divertido, de trabajar desde el humor, desde lo físico, desde un lenguaje que a nosotros nos parece interesante, cosas que también nosotros hemos mamado de chiquitos de ver los dibujitos animados, y ver la musicalidad, y cómo trabajaban, y el capocómico que a nosotros nos gustaba, que después la recepción que se genera desde el público nos sigue sorprendiendo. La gente viene y nos dice que los hicimos sentir como un chico, que pasaron un momento extraordinario, también es una manera de que se puede hacer música con cualquier cosa, que no necesita saber de un instrumento para tener que desarrollar esto, sino que está al alcance de cualquiera y solamente hay que buscarle la vuelta para que eso funcione. Hay todo un tema detrás del reciclado que se puede leer como la resignificación de los objetos, un lenguaje que creo que viene después. Como que el significado de eso es tema de un crítico, alguien que esté más en el tema, en general los artistas no nos encargamos de eso. El hecho artístico funciona un poco así, desconfío de la gente que dice que hizo eso pensando en la metáfora del hombre... Y… como que estás muy agarrado a una idea, y eso te da un límite, porque no te da la posibilidad de la interpretación, del subtexto, de lo que está detrás de eso. Muchas veces en una creación artística es mucho más fuerte lo que no está dicho de lo que está dicho. Osqui Guzmán, un grande del teatro, dice que la creación es como una capa de cebolla, mientras vos vas descartando las capas, ahí vas llegando a la profundidad. Creo que eso es lo que pasa con Urraka. Nosotros no nos propusimos que pase esto, de repente pasó y es más grande que nosotros esto que pasa. No lo podemos intelectualizar porque perdemos ahí, donde lo intelectualizamos dejamos de ser orgánicos con eso que estamos creando.
Teniendo en cuenta que la propuesta es integral, nos preguntamos ¿de dónde sale el actor del músico?
El recurso para actuar: en algún punto el músico está muy cómodo muchas veces porque está dedicado a lo que tiene que tocar y tal vez no esté pensando en lo escénico, sin embargo, hay muchos músicos que crean un personaje en el escenario como las grandes estrellas de rock. Nosotros venimos como más de todo, pero Mariana viene de la música y ha tenido un desarrollo a nivel actoral siendo una de las que más creció en el grupo. Venía limpia de vicios del actor y se nutrió de todos nosotros, de ver, de tratar de entender, tal vez al principio le costó mucho más porque era salir de un lugar de comodidad, pero creo que el marco y ahí está la importancia de un hecho artístico donde hay un marco que contiene, porque en algún punto mirando al otro se aprende un montón. Y forma una identidad. Eso me parece muy rico e interesante. Y también me preguntaría quién te da el título de actor. ¿Cuándo se termina de formar un actor?, no tiene techo. Nadie te va a dar el certificado de actor ni te lo van a pedir cuando vayas a buscar trabajo.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Emmanuel Calderón