Editorial

Comercio exterior con Brasil

Para la Argentina, la relación comercial con Brasil, la principal economía del continente después de la de Estados Unidos, es absolutamente estratégica. En términos generales, el tamaño de la economía del vecino país y principal socio del Mercosur cuatriplica a la nuestra por lo que se entiende fácilmente que cuando ingresa en una fase de prosperidad se transforma en una locomotora para toda la región. Si Brasil crece, los socios también porque aumenta su demanda de bienes y servicios lo que favorece a las empresas argentinas, muchas de ellas pequeñas y medianas. 

Con este panorama, es necesario prestar atención al día a día del comercio exterior entre argentinos y brasileños, que se reflejan a través de distintos monitores. En este caso, la balanza comercial con Brasil registró un déficit de US$ 73 millones para la Argentina en abril último, siendo el segundo mes consecutivo con resultado negativo, según indicaron los datos de la Secretaría Especial de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales (SECINT) brasileña. Esto a pesar de que las exportaciones argentinas a Brasil aumentaron 51,8% con respecto a abril de 2020, al pasar de US$ 543 millones a US$ 825 millones, con lo que mostraron una fuerte aceleración con respecto a los primeros tres meses del año. De esta forma, las exportaciones hacia Brasil acumulan cuatro meses de aumentos interanuales consecutivos y una expansión del 22,9% interanual durante el período enero-abril 2021.

Las exportaciones e importaciones crecieron a un ritmo récord debido fundamentalmente a la comparación con el momento de cierre más estricto del año pasado, por la pandemia. En el primer cuatrimestre del año, el saldo comercial acumula un resultado negativo de US$ 54 millones, indicó la consultora ABECEB. De persistir esta tendencia, las proyecciones anticipan que el año cerraría con un déficit comercial de US$ 1.852 millones, más que duplicando los US$ 729 millones de 2020. Esto sería producto de un mayor dinamismo en las importaciones (+42,3%) que en las exportaciones (+32,1%), vinculado principalmente a la recuperación que muestran diversos sectores de la economía argentina. En abril, las exportaciones totalizaron US$ 825 millones, mientras que las importaciones alcanzaron los US$ 897  millones. El resultado de abril implica un deterioro de US$ 139 millones con respecto al registro en igual mes de 2020, según ABECEB. 

Por su parte, el intercambio comercial (exportaciones + importaciones) mejoró US$ 702 millones (+68,8%) en el cuarto mes del año, al pasar de US$ 1.020 millones a US$ 1.722 millones, lo que refleja un fuerte efecto base de comparación tras la irrupción total de la pandemia en ambos países en abril de 2020. De esta forma, en el primer cuatrimestre del año, el saldo comercial acumula un leve resultado negativo de US$ 54 millones y representa un deterioro de US$ 222 millones en comparación al mismo período del año previo (+USD 168 millones).

Teniendo en cuenta los productos con mayor participación durante abril, las ventas externas de vehículos para transporte de mercaderías y para pasajeros traccionaron el crecimiento de las exportaciones, agregadas con una suba de US$ 111 millones (+187%) y de US$ 89 millones (+828%), respectivamente.

Desde otra perspectiva, la consultora Ecolatina subrayó que las exportaciones argentinas a Brasil aumentaron 52% interanual en abril, mientras que las importaciones desde ese país subieron 88%. A pesar de estar en mínimos históricos, la participación de los productos argentinos en el mercado brasileño está recuperando terreno: tras promediar el 5% de los ingresos al país en el primer cuatrimestre del año pasado, se ubicaron en 5,4% en el mismo período de 2021, remarca el informe de la consultora.

Ecolatina estimó que para este año las exportaciones a Brasil se incrementaran en alrededor de 15%, debido a que la industria liderará la recuperación de la economía brasileña. El impulso de Brasil, más la suba de los precios de los commodities, aportarían reservas fundamentales para surfear tensiones cambiarias en el período pre-electoral, estimó la consultora con una mirada algo más optimista en el marco de tono gris que acompaña a la economía argentina porque los defectos se imponen claramente sobre las virtudes (inflación, desocupación, pobreza y demora en la campaña de vacunación, entre otros problemas). 

Las estimaciones sobre el desempeño de la economía brasileña también ofrecen una escenario posible sobre el cual se puede planificar. Con una caída del 4,4 por ciento en 2020, la economía del vecino país crecería 3,7 por ciento este 2021 y 2,7 en el 2022. Lo positivo es que, más allá de que los presidentes de ambos países está lejos de compartir una mirada común en materia de política económica, las empresas de un lado y del otro de la frontera aprendieron a alimentar sus vínculos en forma independiente de los humores y mulhumores de los políticos. 







Autor: REDACCION

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