Editorial

Comercio exterior clave

Con el consumo interno por el piso a raíz de la crisis económica y la falta de financiamiento entre otras tantas causas, el comercio exterior fue uno de los escasos indicadores económicos con balance positivo en los últimos meses, no tanto porque aumenten los embarques de productos hechos en Argentina hacia otros países sino por el retroceso de las importaciones. Así, el saldo favorable en materia de exportaciones e importaciones deja un sabor agridulce porque si bien en la comparación entre lo que entra y sale del país se comprueba un superávit comercial, lo cierto es que es el resultado en gran medida por la depresión que atraviesa la economía nacional y no tanto porque se han conquistado nuevo mercados fronteras afuera. 

En este escenario, en noviembre el superávit comercial de bienes ascendió a USD 2.445 millones, más que duplicando el saldo positivo obtenido en igual mes del año pasado cuando se ubicó en USD 985 millones. Esta dinámica alentadora respondió tanto a un avance significativo de las exportaciones, que ascendió a 9,5% llegando a USD 5.850 millones, como a un deterioro de las importaciones en torno al 22%, totalizando USD 3.400 millones.

De acuerdo a un informe de la consultora Ecolatina, por el lado de las ventas externas, el aumento de 14,5% interanual en cantidades durante noviembre pasado fue contrarrestado parcialmente por una caída de 4,4% en los precios. A excepción de combustibles y energía, donde se registró una pérdida de 30% en la comparación interanual, en valores producto del retroceso tanto de precios como de cantidades, todos los grandes rubros mostraron un avance en volúmenes físicos y un retroceso en los precios.

Por caso, los envíos al resto del mundo de productos primarios se dispararon 46% en relación a noviembre de 2018 en cantidades, las manufacturas de origen agropecuario treparon 13% y las manufacturas de origen industrial 5%. En los tres casos, este desenlace obedeció al intento por anticiparse a una probable suba de retenciones -ya concretada en los primeros dos casos, no así en las MOI- que generó una sobreliquidación de stocks en la búsqueda porque el gravamen excedente alcanzara al mínimo posible de producción existente.

En tanto, por el lado importador la dinámica estuvo más en línea con lo experimentado en los meses pasados: una caída en cantidades del 14,5% interanual en el agregado y en precios del 8,6% generalizada. Analizando a nivel desagregado, resalta el deterioro de vehículos livianos con un retroceso del  58,5%, bienes intermedios (-29,0% i.a.), bienes de capital (-16,5% i.a.) y bienes de consumo (-14,5% i.a.). 

Con estos números, el superávit comercial de bienes acumuló USD 13.650 millones en los primeros once meses de 2019, más que revirtiendo el déficit de USD 5.200 millones registrado en igual período del año pasado. Este avance se explica por una mejora de las exportaciones del orden del 5,8%, totalizando USD 59.650 millones, donde la diferencia con el dato de noviembre refleja la sobreliquidación de ese mes y una fuerte caída de las importaciones, que se sitúa en 25,2%, totalizando USD 46.000 millones entre enero y noviembre de 2019.

Para el 2019, Ecolatina proyectó que el resultado positivo superará USD 15.000 millones, marcando el nivel más alto -en dólares corrientes- desde 2009. Este desenlace obedecerá a la mejora exportadora estimada en un 6% interanual pero principalmente al desplome importador, que se calcula llegará a un 25%. Asimismo, dado que la economía no se recuperará sensiblemente en 2020 y que el tipo de cambio real seguirá en niveles elevados, más allá de que es probable que experimente cierta apreciación en este contexto de cepo hard y el impuesto al dólar turista, se proyecta que el saldo positivo rondará USD 18.000 millones. Este número será la consecuencia de un tibio avance exportador, cercano al 3,5% luego del endurecimiento de retenciones, y una marcada contracción importadora, posiblemente de dos dígitos.

De todos modos, en un mundo cada vez más competitivo donde se discute todo el tiempo en torno a las barreras arancelarias, parece cada vez más difícil conquistar nuevos mercados. Se insiste en la necesidad de que la Argentina debe vender productos con mayor valor agregado, pero en ese segmento la competencia es enorme por tanto ganar un mercado no será fácil. El complejo agroindustrial es el que presenta las mayores fortalezas para aumentar sus envíos al exterior, pero dependerá de una inteligente estrategia de articulación público privada para mejorar sus ventas externas y generar dólares genuinos que ayuden al país a salir de una situación de endeudamiento asfixiante. El comercio exterior se presenta, por tanto, con un rol clave para la recuperación de la economía a largo plazo más allá de la reactivación del mercado interno. 

Autor: REDACCION

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