BOGOTA, 10 (AFP-NA). - Unas 150.000 personas salieron ayer a marchar en Bogotá por la paz y en apoyo a las víctimas del conflicto armado, una iniciativa en la que participó el presidente Juan Manuel Santos y que tiene el respaldo de la guerrilla FARC.
"La paz es la victoria de cualquier soldado, la paz es la victoria de cualquier policía. Si nos reconciliamos tendremos una mejor patria", dijo Santos, junto a sus ministros y ante cientos de militares en la Plaza de los Héroes Caídos, antes de emprender la caminata.
El gobierno de Santos lleva a cabo desde fines de 2012 un proceso de paz con la guerrilla comunista Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC).
La víspera, la delegación de las FARC divulgó un mensaje en el cual saludó "con afecto a todas y cada una de las personas (que) han tomado la decisión de marchar por la paz de Colombia y que, haciendo esfuerzos enormes, han llegado desde los cuatro puntos cardinales a la capital de la República a manifestar su profundo deseo de que nuestro país logre una paz justa, democrática y duradera para todos sus habitantes".
Como gesto simbólico y con una camiseta en la que se leía: "Lo que importa es creer. Yo creo en la paz", Santos y el alcalde de Bogotá, el exguerrillero Gustavo Petro, sembraron un árbol junto a la sede del Centro de Memoria Histórica.
Con banderas y camisetas blancas, desde muy temprano en la mañana, miles de colombianos se concentraron en siete puntos de Bogotá, desde donde marcharon para confluir hacia el mediodía en la central Plaza de Bolívar.
A esa hora y con la plaza rebosante, repicaron las campanas de la catedral de Bogotá y de las demás iglesias de Colombia, en señal de acompañamiento al pedido de paz.
Algunos edificios del centro exhibían banderas y pendones blancos, mientras que globos también blancos adornaban los postes de la electricidad.
"Vine por la paz de nuestro país, para que si no la alcanzamos nosotros por lo menos la puedan tener nuestros hijos y nuestros nietos. Yo no he padecido la violencia, pero arruga el corazón ver tanto sufrimiento", dijo a la AFP Elizabeth Vélez, un ama de casa de 60 años.