Según un estudio realizado por SEL Consultores -luego reproducido por iEco de Clarín-, el régimen de jubilación por moratoria benefició más a quienes "menos" lo necesitaban, y esos sectores de "clase media y alta" (sic) recibirán este año unos 24.000 millones de pesos de los recursos previsionales, es la conclusión que se desprende de este informe dedicado a analizar el impacto del sistema que permitió que se pudieran jubilar personas en edad de retirarse y que no tenían los años de aportes requeridos.

DISTRIBUCION

La distribución del aumento en el número de jubilados muestra, en efecto, que apenas poco más de 1 de cada 10 pertenece a los hogares del 20% de más bajo ingreso per capita, y en el siguiente 20% de la escala distributiva, la proporción sube a 4 de cada 10. Esto significa que los más beneficiados por la moratoria son los sectores medio-bajo (lo que podría estar dentro de las metas del Gobierno) y medio-medio (ya no tanto). Pero lo llamativo, y ciertamente fuera de lo esperado, es que un tercio pertenece a los sectores medio-alto y alto. Puesto en términos absolutos, unos 800.000 jubilados por la moratoria previsional están en la mitad superior de la distribución del ingreso.

Una razón para explicar este resultado es que el acceso a la moratoria no ha estado condicionado al nivel socio-económico (como implícitamente lo está la asignación universal por hijo por la tipificación de la inserción laboral y límite de ingresos). En ausencia de requisitos para calificar, la mayor información debe haber influido para que personas de clase media alta hayan solicitado el beneficio.

Pero la razón probablemente más importante, y posiblemente no tenida en cuenta en el diseño de la política, es el perfil demográfico diferencial de los hogares. Así como las familias de ingresos más bajos albergan una mayor cantidad de niños (lo que hace que sean los que más se benefician con la asignación universal por hijo), en su composición hay una proporción mucho menor de personas en edad de jubilarse (5% en el quintil más bajo, contra 16% en el resto).

Esta distribución social de los nuevos jubilados, consecuencia no tanto de la definición (implícita) de propósitos redistributivos, como de omisiones en el diseño (ausencia de criterios de elegibilidad y no consideración del perfil demográfico de la población objetivo), sugiere que una parte significativa de los recursos para las prestaciones de la moratoria previsional fluyen a personas que no los necesitan, o la necesitan menos.