Automotores

Clase A: nace una estrella que domina las rutas

Apenas finalizado el Salón del Automóvil de Fráncfort de 1997 visité la fábrica de Mercedes-Benz en Sindelfingen, Alemania. Allí fuimos a la pista de pruebas, donde disfrutamos de distintos autos. Pero la frutilla del postre de aquel día fue la posibilidad de ser los primeros periodistas de la región, junto con Rubén Daray, en manejar el flamante Clase A que la casa de la estrella acaba de presentar como la principal novedad del salón y que todavía no había salido a la venta ni siquiera en Europa.

Era revolucionario por varios motivos: fue el primer modelo de Mercedes de tracción delantera, con un motor de cuatro cilindros de ubicación transversal, pequeño, compacto y monovolumen. Pero a poco de lanzarse el "pequeño Mercedes" se vería envuelto en una controversia mundial cuando el periodista sueco Robert Collin volcó el Clase A durante una prueba de zigzag a la que luego se denominaría como prueba del alce (porque decían que era la maniobra necesaria para esquivar un animal que de repente se cruza en la ruta).

Ríos de tintas corrieron y el tema estuvo en la boca de todo el mundo hasta que los de Mercedes decidieron ponerle un punto definitivo al asunto y, al hacerlo, establecieron un nuevo antecedente que impactaría sobre los otros fabricantes: la instalación de serie del sistema de estabilidad, algo hasta ese momento reservado para vehículos mucho más costosos.

Desde entonces, se conocieron dos generaciones del Clase A: la primera que se fabricó hasta 2004 y la segunda, con pequeños retoques estéticos, producida hasta 2012. A partir de ese momento, sus competidores alemanes, Audi y BMW, lanzaron modelos muy exitosos como el A3 y el Serie 1. Pero a diferencia del Clase A, éstos apostaron al estilo deportivo, con diferentes carrocerías y motorizaciones. Es cierto que en estos años los de la estrella perdieron terreno, pero la reacción, aunque se hizo esperar, finalmente llegó.

El nuevo Clase A, que en pocas semanas más comenzará a venderse en la Argentina, es un auto sumamente atractivo (de esos que enamoran a primera vista) y además tiene un comportamiento dinámico sobresaliente.

Pudimos manejarlo en la presentación internacional que se realizó el año pasado en Europa. Lo primero que hay que decir es que con el anterior Clase A sólo comparte el nombre, nada más. Se trata de un dos volúmenes muy deportivo, de proporciones equilibradas y un aspecto sumamente dinámico.

Es probable que las versiones que lleguen al país sean dos, una 1.6 de 156 CV de potencia máxima y una 2 litros de 211 CV, que es la que tuve oportunidad de manejar en Europa. En el Viejo Continente también hay otra versión naftera de 122 CV y tres gasoleras (109, 136 y 170 CV) que por el momento no llegarían al país.

El diseño se inscribe en las nuevas líneas de Mercedes-Benz; es una carrocería lanzada hacia adelante con un perfil de proporciones elegantes y deportivas. Y si el auto gusta a primera vista, el interior no se queda atrás.

Algunas veces hemos criticado aquí el panel de instrumentos de algunos de los modelos de la marca que a pesar de ser muy deportivos tienen indicadores que parecen antiguos. En el nuevo Clase A eso cambió.

Todo el interior está inspirado en el SLS AMG alas de gaviota; la versión 250 Sport tiene detalles de aluminio y fibra de carbono, y logra generar esa atmósfera única de los grandes automóviles deportivos.

Respecto de las cajas de cambio, la versión A 200 con motor 1.6 de 156 CV puede combinarse con una caja manual de 6 velocidades o una automática de 7.

El A 250 sport de 211 CV que nosotros manejamos tiene una caja de doble embrague 7G-DCT de siete marchas, innovadora para Mercedes y con la que se puede elegir entre los modos Economy (automático que privilegia el bajo consumo); Sport (pasa los cambios más cortos y a mayor régimen para tener reacciones rápidas) y Manual, que el conductor acciona el cambio de forma manual mediante las levas de cambio del volante.


Obviamente, tiene los más modernos sistemas de seguridad, entre los que se pueden mencionar 7 airbags, control de tracción y estabilidad, ABS y Attention Assist, que detecta y alerta sobre síntomas de fatigas en el conductor.

La versión A 250 tiene un desarrollo de suspensiones rígido que hará las delicias de quienes disfrutan del manejo deportivo; el resto de los modelos ofrece una regulación más urbana y confortable.

Autor: Redacción

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