Editorial

China y el clima

Consecuencia del fuerte impacto que continúa produciendo el cambio climático, con el calentamiento de la corteza terrestre, la región asiática está siendo una de las más afectadas, y por ende sufriendo las consecuencias una de las economías que más evolucionó en las últimas décadas como es la de China. 

Al paso que vamos, todos los cálculos establecen que en 2050 la temperatura global se habrá incrementado en 2 grados, empeorando muchísimo más los efectos que ya se advierten ahora, con un perjuicio en todos los órdenes que es muy probable determinen una emergencia de características globales, al punto de poner en juego la gobernabilidad.

Como Asia tiene un calentamiento mayor y por sobre el promedio mundial, los efectos se sienten allí ya en este momento con mucha más intensidad que en el resto del planeta. Uno de ellos, de enorme magnitud, es el agotamiento de los recursos, de modo especial el agua. Y por lo tanto, la agricultura es la que más lo sufre, pero también el desarrollo urbano. Es que en Asia Central se está creciendo a un ritmo mucho mayor y por lo tanto los grandes centros urbanos se expanden notablemente, siendo el agua un recurso indispensable que es sin embargo escaso, dificultando el crecimiento.

El consumo de agua por habitante y por año es en Asia la mitad del promedio mundial, ya que sus fuentes hídricas disponen de una décima parte de por ejemplo los niveles que tienen en nuestra región sudamericana, tratándose un bien muy preciado, pero además, con una declinación constante que desembocará sin dudas en una gran emergencia. Es que además del uso natural de este recurso, el mismo ha aumentado debido a los cambios alimentarios que vienen dándose en la población china, en forma proporcional se van escalando clases sociales en relación a mayores recursos económicos. Es que la dieta alimentaria va volcándose sostenidamente hacia el consumo cárnico, requiriéndose diez veces más agua para un kilo de carne que para una porción similar de arroz o trigo.

Como la agricultura en China se hace integramente bajo sistema de riesgo, la comparación es también muy clara respecto al uso del agua, ya que allí se necesita el 81% de este recurso, mientras que en Estados Unidos es el 38% y en Europa el 29%.

En cuanto a la comparación de la disponibilidad de agua para el consumo humano, que es en Asia otro de los grandes problemas, tenemos que la Organización Mundial de la Salud aconseja 50 litros diarios por persona como mínimo, cifra por la cual se está por debajo en ese lugar, pero en cambio existen otros totalmente alejados de esas cifras. En California por ejemplo, la zona de mayor consumo del planeta, asciende a 4.000 litros diarios, aunque la mayoría sea destinada a riego, llenado de piscinas y otros usos similares. De todos modos, en Estados Unidos el promedio diario es de 600 litros y en Europa de 200. Mientras tanto, aquí en la provincia de Santa Fe tenemos un consumo diario per cápita de 550 litros en Rosario y 450 en la ciudad de Santa Fe, en tanto que aquí en Rafaela se encuentra en el orden de los 350 litros, que es la capacidad máxima de recepción para el almacenamiento.

Puede advertirse, que aunque con diferentes niveles de sus fuentes de alimentación, poco más temprano o poco más tarde, el problema del agua se extenderá a todo el mundo. Hoy, algunas regiones como Asia Central que comentamos, están en avanzada soportando la gravedad del problema en toda su intensidad, pero el mismo irá ampliándose paulatinamente según sostienen los especialistas en el tema, ya que nadie podrá rehuir al problema.

El planeta está compuesto en un 72% de agua, de cuyo total apenas el 3% es potable -fuentes subterráneas, ríos, arroyos y todo curso de agua- ya que el 97% no es para consumo humano, encontrándose en océanos, mares y ciertos lagos internos que por diferentes causas tienen agua salada. Ahí entonces, queda realmente dimensionada la magnitud de esta problemática.

Por cierto, el cambio climático con el recalentamiento global de la corteza terrestre, que avanza sostenidamente y que en 2050 puede añadir otros 2 grados a las actuales temperaturas, más las escasas reservas de agua potable, conforman una muy complicada combinación mirando al futuro inmediato.

Autor: Redacción

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