Editorial

China se estanca

La economía china, que estos últimos años no sólo produjo una explosión de crecimiento en su propio país, sino que además se convirtió en traccionadora de gran parte del mundo, lo cual queda claramente explicado al mencionar que fue responsable del 56% de la expansión global de 2011, ahora se encuentra en desaceleración habiendo registrado en el pasado mes de abril índices que están en baja.

De todos modos, si los comparamos con el resto del mundo, continúan siendo muy elevados, pero menores que los anteriores. Veamos lo sucedido en abril en números: el crecimiento del PBI industrial chino fue de 9,3% anual, el menor nivel de los últimos tres años, y dos puntos menos que la medición anterior, en tanto que las ventas minoristas se encuentran estancadas.

Algo parecido ocurre con el comercio exterior, es decir, la confrontación entre exportaciones e importaciones, donde hubo un insignificante aumento de 0,3%, cuando el crecimiento promedio mensual de 2011 había sido de 25%, una comparación que no admite la menor justificación ni argumentos que la defiendan. Queda claro, a través de un elemento trascendente como las compras y ventas al exterior -que en gran medida definen el perfil de un país- el retroceso ha sido enorme, y que si bien no constituye una tendencia definitiva, pues para ello habrá que aguardar lo que suceda en los meses siguientes, de todas maneras la caída es demasiado abrupta como para no considerarla de manera muy fuerte.

En cuanto a la inflación en la China, en el pasado mes de abril cayó a un promedio de 3,4% anuales, siendo ahora la mitad  de los niveles récord de 6,5% que había tenido en 2011, lo cual si bien es positivo por un lado, es también una evidente señal de la desaceleración de toda la actividad y del consumo, que se encuentran en retroceso y por lo tanto, con importante participación en la baja inflacionaria.

Según los analistas, todo podría estar indicando que el crecimiento sostenido de los últimos 30 años en la potencia asiática, donde tuvieron una fortísima participación las exportaciones y las inversiones, han llegado a su agotamiento, y aun cuando todavía no se establezcan características estructurales, se está muy cerca de ello. En unos pocos meses se tendrá la respuesta al que es aún un interrogante.

En China, da la impresión de estar produciéndose una variante de sus condiciones, que fueron en las tres últimas décadas de continuo crecimiento y evolución estructural, dejando conformado un escenario que ahora debería trasladarse a su población a través del consumo. Es que sus 1.340 millones de habitantes, de incorporarse en su totalidad al mercado interno -como no lo estuvieron hasta ahora-, podrían renovar las energías de todo el potencial de ese país.

¿Por qué se habla tanto de China en el mundo?, pues ciertamente por la importancia que tiene sobre todo el resto. Ya dijimos de la explicación del 56% del crecimiento total de la economía mundial el año pasado, lo que hace que exista una marcada dependencia del resto hacia todo lo que ocurra allí, como hasta hace poco sucedía con los Estados Unidos, sin que ello signifique que este haya perdido ese posicionamiento de liderazgo, sino que ahora debe compartirlo.

Tal vez donde mayor incertidumbre exista, al menos en el corto y mediano plazo, es en los países de la región sudamericana -donde se encuentra la Argentina-, dada la característica de exportadores de materias primas. Es que tomando los números de abril, la importación de insumos primarios de parte de los chinos cayó un muy importante 12% con respecto al primer trimestre del año.

Lo que está sucediendo en China es que mientras la economía se encuentra en retroceso, una forma de decir ya que sigue expandiéndose a razón de 9 puntos, el consumo está en plena evolución positiva, consecuencia del aumento de los ingresos per cápita, que fueron del 20% en los últimos cuatro años, con condiciones de pleno empleo en los grandes centros urbanos. Justamente, esta es una de las razones por las cuales crece en exceso la demanda de alimentos, ya que también en los gustos y preferencias de la población se ha producido un vuelco, alejándose de los vegetales y volcándose hacia las carnes rojas, especialmente el cerdo, que es allí de creciente consumo.

La soja, y muchos de sus derivados, es uno de los insumos básicos para la población china, aplicada a una diversidad de usos, trasladándose además a otros rubros como el alimento animal, una vez pasado todo el filtro del proceso para los humanos. Y su principal proveedor, tanto de granos como pasta de soja, es la Argentina.

Autor: Redacción

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