Por Alieto Guadagni (*)
Días atrás tuvo lugar el 19º Congreso del Partido Comunista Chino, el primer congreso se había celebrado en 1921. Este Congreso, con alrededor de 2.300 delegados que se reúnen cada cinco años, consolidó el poder del reelecto actual líder Xi JInping. La China de hoy es muy distinta a la de Mao, quien fue el primer gobernante comunista entre los años 1949 hasta su muerte en 1976, ya que la actividad económica global comenzó en las últimas décadas a localizarse aceleradamente en el Asia, preferentemente en China.
Cuando se celebraba este 19º Congreso, en la reunión anual del FMI en Washington se informaba que esta tendencia de acelerada expansión asiática seguirá en los próximos años.
Está quedando atrás el mundo económico del siglo XX, entonces con dos grandes centros de poder económico: América del Norte y Europa, ya que las grandes naciones asiáticas vienen creciendo más rápidamente. Las estimaciones del FMI confirman esta tendencia, ya que indican un crecimiento del PBI este año del 2,2 % en los Estados Unidos y del 2,1 % en los países del euro, mientras que señalan un crecimiento del 6,8 % en China, 6,7 % en la India y del 6,3 % en las restantes naciones asiáticas emergentes. El nuevo mundo asiático crece al triple que el antiguo mundo industrializado y nosotros somos testigos del cambio en el liderazgo económico global, que por primera vez en los últimos cinco siglos está regresando de Occidente a Oriente
Asia es ya el nuevo centro de la geografía económica mundial, donde China es el ejemplo del mayor éxito en el crecimiento económico de la historia universal. Después de la Revolución Industrial los ingleses tardaron 60 años en duplicar su PBI por habitante. A mediados del siglo XIX, los Estados Unidos alcanzaron esa meta después de 50 años. Por su parte, los japoneses necesitaron 35 años para duplicar su nivel de vida después de las reformas de los samuráis del siglo XIX. Pero la historia se acelera después de la Segunda Guerra Mundial, y es así como los coreanos duplican su PBI por habitante en 11 años. Pero el récord histórico le corresponde a la China de las reformas de Deng Xiaoping en la década del ochenta, que necesita apenas 9 años. China volvió a crecer después de la muerte de Mao, cuando el nuevo liderazgo chino dejó atrás el colectivismo primitivo que había estancado a China desde fines de la Segunda Guerra.
Somos testigos de la acelerada transformación del mapa económico mundial en las últimas décadas, impulsado por la globalización tecnológica. Hacia 1980, el PBI de los Estados Unidos lideraba al de todas las naciones, representando entonces 22%el PBI mundial, en esos años este PBI norteamericano era nada menos que 9,4 veces mayor al de China, mientras que en la actualidad el PBI de China es un 19% mayor al de los Estados Unidos.
Este cambio tan importante en el liderazgo económico mundial es el reflejo del hecho que mientras que Estados Unidos multiplicó 6,7 veces su PBI entre 1980 y 2017, China fue capaz de multiplicarlo nada menos que 76 veces en ese mismo período. Estas tendencias tan distintas seguirán en los próximos años; por esta razón el FMI está ya estimando que hacia el 2022 el PBI de China será nada menos que un 47% más grande que el norteamericano. La pregunta es obvia: ¿por qué razón China viene creciendo económicamente mucho más que los Estados Unidos? La respuesta se halla en el diferente proceso de acumulación de capital: mientras China invierte anualmente 44% de su PBI, los Estados Unidos invierten mucho menos (20%).
Claro que el liderazgo chino es evidente si únicamente prestamos atención al volumen cuantitativo de la producción total de bienes y servicios, o sea del PBI, pero Estados Unidos sigue aún manteniendo el liderazgo militar y el científico y tecnológico. Tener presente que de las mejores 10 Universidades del mundo, nada menos que 8 están en los Estados Unidos, pero esto puede cambiar en las próximas décadas.
Cuando Deng Xiaoping asumió el liderazgo chino a fines de los setenta, después de la muerte de Mao, proclamó la necesidad de consolidar “un socialismo con características chinas”, dejando atrás al obsoleto maoísmo. Hoy China se proyecta al mundo con masivas inversiones como la “iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda”.
En este Congreso, el reelecto líder Xi Jinping habla ahora de una “nueva era con un gran país socialista y moderno”, anunciando que hacia el 2035 China será “una nación con importancia mundial y también el líder global en innovación tecnológica”. Este nuevo escenario mundial es altamente probable en el futuro, China será así en las próximas décadas el centro estratégico del mundo globalizado.
(*) Economista. Ex secretario de Energía y miembro de la Academia Nacional de Educación.