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Cataluña con K

BARCELONA. - “Cataluña es de España”, ese fue el grito más escuchado durante la multitudinaria movilización que se realizó ayer en Barcelona siendo la segunda marcha que se efectúa contra los separatistas en los últimos días. Según estimaciones de la prensa catalana, cerca de un millón de personas defendieron la unidad de España y se plantaron contra el proceso independentista.

Otra de las consignas que también se escucharon mucho fue el de “Puigdemont a prisión”; esos manifestantes tal vez eran los más exaltados, aunque afortunadamente no han hecho llegar las cosas a mayores y no se tuvo que lamentar ningún disturbio ni incidente. En un momento hubo un pequeño cruce con algunos grupos separatistas, pero todo transcurrió con tranquilidad.

La tensión que se vive en Barcelona es muy penetrante, más allá de que toda la vida de los ciudadanos y viajeros se siga desenvolviendo con normalidad. Parecen dos Barcelonas, una las de los nativos enfrentados por la disputa sobre la independencia y otra las de los miles y miles de turistas que pueblan todas las zonas de esta ciudad tan atractiva.

Alguno de los que participaron de la movilización comentaban entre ellos: “hemos comenzado muy tarde esta lucha de resistencia contra el intento separatista del partido gobernante”, ya que Puigdemont el martes debe presentarse en el Parlamento y según se advierte en las calles podría declarar intempestivamente la independencia de Cataluña. Esta es una de las noticias tal vez más importantes, aunque se están llevando a cabo muchas gestiones para que no llegue a concretarse.

Algo que también surge de los medios de comunicación es que el partido gobernante de Cataluña “se tiró a una pileta sin agua”, por no haber previsto infinidad de consecuencias que pueden llegar a ocurrir, como por ejemplo el retiro de muchas empresas, algunas catalanas, hacia Madrid, Valencia o Alicante. Esto es un hecho que ya ha comenzado a darse. En una semana, una quincena de empresas ya han trasladado sus sedes centrales de Cataluña a otras regiones de España. Algunos bancos de los que tienen mayor actividad financiera en la península ibérica, ya han anunciado también que trasladarán sus casas centrales.

Este es uno de los factores que pude afectar la vida financiera y comercial de Barcelona porque el retiro de estas empresas podría provocar miles de despidos y consecuencias en el quehacer económico.

Las calles de Barcelona durante la movilización se vieron teñidas con los colores amarillo y rojo de la bandera española al grito de “viva España”, durante más de cinco horas. Por lo tanto fue una expresión más que importante sobre este deseo de hacer notar la presencia de que el separatismo no es la mayoría aquí en Cataluña.

En cierta medida lo que está ocurriendo en toda Cataluña tiene un matiz muy parecido a lo que ocurrió y lamentablemente continúa ocurriendo en la Argentina con el kirchnerismo, ya que provocó un división muy profunda entre sus habitantes que se ve prácticamente a cada momento, se palpa, se percibe y se siente. La confrontación es muy grande tal cual como ocurre actualmente en el país. Una gran y profunda grieta entre los que están a favor y en contra, entre los que están acá y los de la vereda de enfrente. Los pro y los contra.

Eso es lo que encarna Puigdemont, quien tiene un fuerte apoyo en la juventud, pero no así entre la gente adulta y ahí es donde nace la propia grieta de los catalanes que es casi una copia fiel de la existente en nuestro país provocada por el kirchnerismo.

Por otra parte no son extraños de ver estos quiebres en las sociedades actuales, vienen dándose en muchos lugares del mundo, incluso sin hacer un repaso profundo se puede citar el caso del Brexit en el Reino Unido, la aparición de Trump en Estados Unidos y Maduro en Venezuela, entre otros.

Actualmente existen varias democracias en jaque. Y Cataluña es un caso que esta semana podría tener una definición determinante en esta historia que lleva ya mucho tiempo de gestación pero poca planificación de cómo llevarla a cabo en forma efectiva.

Autor: Roberto Actis

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