El entrenador Caruso Lombardi analizó las polémicas decisiones arbitrales, los presuntos manejos del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia, y el impacto político en el fútbol argentino declarando que “está manejado”.

En su análisis, hizo referencia a la final de la Copa Argentina y su impacto en la clasificación a la Copa Libertadores, apuntando directamente al rol de Tapia. Caruso afirmó que el “Chiqui” habría presionado al presidente de Vélez para que el club se “baje” de la Copa Argentina, con el fin de favorecer los intereses de Boca, que atravesaba un momento complicado en la Tabla Anual: “El presidente de Vélez no sabía qué hacer. Lo llamaron después del partido de Boca con Lanús, porque Boca quedaba afuera de la Libertadores y la única chance que tenían era ganar la Copa Argentina”.

En la reciente entrevista en “Nadie nos para” conducido por Beto Casella, Lombardi declaró que las decisiones arbitrales en los últimos partidos habrían sido una represalia por no ceder ante esta solicitud.

Además, Caruso criticó la designación del árbitro Yael Falcón Pérez, a quien calificó como “el nene mimado de Tapia”, que estará en el último partido de Talleres ante Newell´s. Según sus palabras, este tipo de decisiones no serían casuales, sino parte de una estrategia para beneficiar a ciertos equipos y mantener a otros fuera de las competencias internacionales.

“Todo está planeado. No quieren que Boca quede fuera de la Libertadores, y para eso tienen que perjudicar a alguien”, comento Lombardi, dejando entrever un entramado de favoritismos que, según él, socavan la transparencia del fútbol argentino.

Otro punto fuerte de la entrevista fue la mención de Pablo Toviggino, tesorero de la AFA con mucha cercanía a Tapia y al gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Caruso aseguró que Toviggino tiene un peso determinante en la toma de decisiones dentro de la AFA y que su influencia está ligada al crecimiento de proyectos futbolísticos y de infraestructura en Santiago del Estero, en detrimento de otras regiones y clubes del país.

Con sus declaraciones, Caruso Lombardi volvió a encender el debate sobre la integridad del fútbol argentino, exponiendo una visión crítica de la mezcla entre política, poder y deporte. Aunque no presentó pruebas concretas, sus palabras refuerzan las sospechas de muchos sobre las irregularidades que parecen rodear al manejo del fútbol en el país.