Editorial

Carne y política

La caída de la Argentina en materia de exportaciones cárnicas ha sido enorme en estos últimos años, más precisamente desde 2005 en adelante, es decir, desde cuando el Gobierno comenzó a implementar medidas que, bajo la consigna "cuidar la mesa de los argentinos", fueron devastadoras para el sector ganadero. Para tener una perspectiva mucho más ampliada, y con datos estadísticos que la avalan, digamos por ejemplo y como dato central, que en el año referido nuestro país tenía el 11% de las exportaciones mundiales, en tanto que en la actualidad y aún habiendo crecido el mercado internacional en 1,6 millón de toneladas, la Argentina apenas significa el 2% de las ventas totales. Es decir, hemos retrocedido casi 6 veces, con lo cual no hay mucho más que explicar para saber del enorme daño que se le ha hecho a este rubro de nuestro sector productivo, afectado negativamente en una muy importante medida.

Espacio que se pierde, indudablemente es rápidamente ocupado por otros, razón por la cual si en este momento nuestro país volviera al mercado internacional, los grandes compradores de carne como Rusia, China, Chile, Venezuela y norte de Africa, bien puede decirse que prácticamente ni se enterarían por el escaso volumen aportado y la resignación que hizo la Argentina en todos estos años. Sí en cambio la participación podría alcanzar cierta relevancia en cuanto volúmenes en el mercado de los cortes finos en la Unión Europea, ya que se trata del único mercado en el cual la carne argentina cuenta con cierta preponderancia en la formación de precios.

De todos modos, y aún con las medidas en contra del Gobierno -que en definitiva explica una de las razones por las cuales faltan dólares-, este año la producción argentina de carnes estará entre 170 y 200 mil toneladas adicionales, lo que bien tendría cabida en un mercado mundial que estuvo creciendo a razón de 270.000 toneladas anuales en los últimos tres.

Un dato elocuente sobre el tobogán de las ventas de carnes, es que en 2005 se habían exportado 770.000 toneladas, o bien las aún aceptables 660.000 de 2009, pero ahora hemos retrocedido al pasado 2012 con apenas 180.000 toneladas, números más que elocuentes sobre el retroceso.

La crisis frigorífica ha contribuido además a este deterioro, ya que hay menos empresas abiertas, aunque muchas de ellas podrían volver a operar si se dan las condiciones para hacerlo, aunque también existe otro importante número de ellas que nunca más volverán a estar activas ya que sus cierres fueron definitivos.

En cuanto al stock ganadero, que perdió 12 millones de cabezas durante todo este ciclo, debido a la matanza de vientres y en un tiempo, la eliminación de terneros, pues la crianza significa una pérdida irrecuperable. Ahora, y desde hace un tiempo, estamos en proceso de recuperación del stock, aunque hasta ahora sólo ha sido de 3 millones de cabezas, una de las razones que hace también la menor disponibilidad para las exportaciones.

Otro dato a considerar es la fuerte caída de novillos, que en los últimos 7 años fue del 43% del stock de esa categoría de vacunos. En tal sentido Córdoba registró una merma de 64%, Buenos Aires del 62% y La Pampa 54%, encontrándose entre las más afectadas, cuando hablamos de los distritos que concentran la mayor parte de la ganadería, mientras que en nuestra provincia de Santa Fe la retracción en cuanto a novillos fue de 35% y Entre Ríos 21%. Se destaca que, luego del estrago ocurrido con la ganadería en el lapso 2006-2009, el sector necesita un fuerte empuje de precios y confianza para retomar la senda que alguna vez tuvo, y que, de acuerdo a las consideraciones que hacen los especialistas del rubro, habrá de lograrlo. 

En realidad, viendo toda esta perspectiva, tenemos por delante mucho trabajo para recuperar posiciones y reparar todo el daño que se le hizo a la ganadería nacional. En la actualidad por ejemplo, países vecinos que eran muy pequeños en el rubro, nos han superado en las exportaciones de carne vacuna, casos precisos de Uruguay y Paraguay, ni que decir de Brasil, que nos ha dejado muy atrás y ocupando el sitial de los mayores exportadores mundiales.

Sin embargo, la recuperación es posible, aunque para ello se requiere eliminar algunas medidas muy concretas que significan trabas muy fuertes, desalentando las operaciones de ventas al exterior. Sin hablar, del costo que tiene recuperar mercados que se han ido perdiendo.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web