Editorial

"Carne para Todos"

Desde hace un tiempo, el Gobierno viene generando medidas puntuales para contrarrestar la imparable inflación. Así surgieron varias iniciativas para poner a disposición de los consumidores productos básicos a precios accesibles, algo que por estos tiempos es prácticamente imposible encontrar en el mercado. Este accionar oficial, incluso a pesar de ser apenas un paliativo, podría resultar interesante para sobrellevar el duro día a día…si no fuera porque su impacto es extremadamente limitado, temporal y geográficamente

Hace dos semanas, la presidenta Cristina Kirchner visitó los camiones frigoríficos del plan oficial "Carne para Todos", que desde ese entonces comenzaron a recorrer barrios de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, ofreciendo los cortes más populares con rebajas de alrededor del 40 por ciento comparado con los precios que se exhiben en las carnicerías. En un principio, está previsto que el itinerario de los camiones de "Carne para Todos" comience en distintas localidades de La Matanza, como Virrey del Pino, Rafael Castillo y San Justo.

El programa, elaborado tras un acuerdo entre un grupo de empresarios de la carne y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, contempla rebajas sobre el precio de este producto típico de la dieta de los argentinos, que en el último tiempo viene sufriendo subas que impactan en el costo de vida.

De acuerdo con el listado de precios exhibido por la repartición que dirige Moreno, mediante el programa se ofrece el kilo de asado a 10,50 pesos; el de picada a 6,90; vacío a 12,65; bife ancho a 11,80; roast-beef a 12,65 y matambre a 13,12. También se ofrece una caja de 10 kilos de distintas variedades de cortes de carne a 80 pesos y otra de 5 kilos a 50 pesos. La iniciativa prevé vender hasta 10 mil kilos por día de 13 diferentes cortes a esos precios populares.

Cabe destacar que los camiones o "carnicerías móviles" cuentan con cámara frigorífica, un mostrador y un grupo electrógeno que garantiza su autonomía de funcionamiento durante el horario de atención.

Acompañada por Moreno y otros funcionarios nacionales de primer y segundo nivel, la jefa de Estado recorrió los dos camiones que se habían ubicado en la Plaza Garay, en la explanada de la Casa Rosada, y tras verificar la calidad de la mercadería hizo una compra simbólica. Cristina Kirchner finalmente eligió tira de asado, entraña, vacío, paleta y cuadril de todo el menú exhibido en el mostrador y luego permaneció un rato charlando con los empleados que atenderán los camiones. Apenas se retiró la mandataria, se abrieron las vallas ubicadas en el lugar y las decenas de curiosos que se abarrotaron se abalanzaron como una manada contra los mostradores para adquirir la carne con descuentos.

Claro que toda esa euforia que se vio en los minutos y horas posteriores a la visita de la Presidenta lamentablemente no se podrá apreciar en el interior del país. Porque el Gobierno no tiene empacho en establecer medidas cuyo único objetivo es generar un shock en la opinión pública porteña y bonaerense, al fin y al cabo los principales centros electorales.

De este modo, ni los habitantes de Santa Fe, ni los de Córdoba, ni los de Mendoza, ni los de Tucumán, ni los de ninguna urbe que no sea la Ciudad de Buenos Aires o las localidades de la provincia de Buenos Aires, podrán disfrutar de carne a precios populares. Deberán conformarse, en cambio, con comprar en los lugares habituales, lo que les impedirá evitar, al menos por un rato, el flagelo económico de la inflación.

Cabe recordar que esta no es la primera vez que la administración kirchnerista lanza medidas “para Todos”, ya que tiempo atrás ya habían sido anunciados, y puestos en práctica en los mismos lugares, los planes "Merluza para Todos" -lanzado en la Semana Santa del año pasado- y "Milanesas para Todos" -en febrero último-.

Al igual que con los subsidios al transporte público y otras iniciativas, el Gobierno Nacional parece empeñarse en gobernar a partir de iniciativas cortoplacistas destinadas a sólo una parte del país. Lo curioso es que lo hace en medio de un discurso repleto de alusiones al ser argentino, al espíritu federal y a la importancia de llegar con obras y medidas a todos los habitantes del país. Toda una marca registrada de la política vernácula. Y un símbolo del presente del país.

Autor: Redacción

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