Editorial

Carne en retroceso

Casi todas las estadísticas relacionadas con la actividad productiva y económica se encuentran en retroceso, algunas de ellas habiéndose profundizado por la afectación que les provocó la elevada inflación de los primeros tres meses del año y la devaluación de la moneda en enero, aunque otras vienen en un tobogán desde hace tiempo. Ajustada a esta última descripción, la exportación de carne, que en los últimos 4 años perdió nada menos que 6.000 millones de dólares. Una cifra realmente importante, que antes podía llegar a ser disimulada dentro del contexto general, pero que ahora frente a la falta de divisas y las arcas semivacías, adquiere una significación inusitada.

Todo este panorama fue descripto en un reciente informe de la Fundación Mediterránea de mayor extensión y temario, profundizando en el apartado "Las divisas que el país resigna: el caso de la carne bovina", puntualizando concretamente que esta fuerte caída de las ventas al exterior es consecuencia de varios factores, entre ellos la falta de un modelo exportador, la volatilidad que ofreció el tipo de cambio y la política comercial adversa que se vino aplicando todos estos años. Se indica, con mayor precisión, que "la Argentina ha perdido el protagonismo que supo lograr en los mercados internacionales de carne bovina y también ha desaprovechado el gran potencial productivo exportador de la cadena".

Ingresando en el ofrecimiento de números y estadísticas, se destaca que las ventas de carnes argentinas al exterior, durante el lapso que va de 2010 a 2013 promediaron unas 130.000 toneladas anuales, lo cual permitió generar el ingreso de divisas a razón de 1.070 millones de dólares anuales.

Con esos mismos valores y con la cuota del mercado mundial que supo alcanzar la carne argentina en las últimas décadas, reflexiona la Fundación en el informe, se podría haber alcanzado un promedio de 2.600 millones al año, razón por la cual en los últimos cuatro años constituye una resignación de divisas que oscila en el orden de los 5.200 a 6.000 millones de dólares.

Si bien ya se puntualizaron, muy escuetamente, algunos de los aspectos a los que se responsabiliza por esta importante merma de las ventas cárnicas argentinas al exterior, se sostiene que esta pérdida se debió "a políticas comerciales adversas, originadas en el argumento de los bienes-salarios, también por los desfases del ciclo ganadero, y por los problemas que se fueron presentando en la organización de la propia cadena".

En tal sentido se recuerda que Brasil, luego de afrontar una fuerte crisis y devaluación de su moneda poco antes de finalizar el siglo pasado -sólo 15 años atrás-, consiguió enhebrar 8 años ininterrumpidos de crecimiento de sus exportaciones de carne vacuna, logrando quintuplicar sus volúmenes.

El caso de nuestro país es absolutamente diferente, pues luego de la dura crisis de los años 2001-2002 logró aumentar sus exportaciones cárnicas durante tres años seguidos hasta 2005, lapso en el cual duplicó los volúmenes de ventas, pero de ahí en adelante, por la serie de medidas equivocadas en las políticas referidas a la producción agropecuaria, las exportaciones estuvieron en sostenida merma hasta llegar a sólo la mitad de lo que se exportaba en 2002. En pocas palabras, hemos retrocedido vertiginosamente, en tanto casi todos los países vecinos fueron escalando posiciones y ganando los mercados que la Argentina fue perdiendo.

Existen en tal sentido algunos datos que son elocuentes, ya que hoy la Argentina es quien menos carne vende al exterior de los socios del Mercosur, pues Brasil encabeza con 1,3 millón de toneladas, Uruguay nos duplica con 350 mil y también Paraguay ha rebasado nuestra línea con 210 mil toneladas.

Esta muy pobre performance, comenzó a ocurrir cuando en 2006 se impuso la tasa de retención del 15%, controles de precios, la obligación a los frigoríficos para que vendan una parte al mercado interno a precios de quebranto y un mecanismo de permisos de exportación (ROE) que se autorizaban caprichosamente y bajo fuertes presiones. Quién no recuerda aquella justificación a cargo de voceros del gobierno "estamos cuidando la mesa de los argentinos". Los resultados están a la vista.

La Argentina, de haber sido tercer exportador mundial de carne en 2005 con 771.000 toneladas, hoy retrocedió al undécimo lugar.




Autor: REDACCION

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