Editorial

Carne: brusca caída

Carne: brusca caída
Durante todo el año pasado las exportaciones de carnes argentinas al exterior ascendieron a 191.759 toneladas, con lo cual se produjo una baja del 54,3% con relación a lo que había ocurrido en 2009. He aquí entonces uno de los resultados más claros de la equivocada política ganadera que ha venido desarrollando el Gobierno en los últimos años, provocando no sólo este efecto negativo en las ventas al exterior que hicieron caer el ingreso de divisas, sino también elevar los precios del mercado interno al punto de ser la carne uno de los factores más influyentes en los niveles inflacionarios.
Los datos del balance anual fueron difundidos por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes, de donde se desprende que las caídas fueron simultáneas y proporcionales en todos los segmentos, ya que además de los cortes vacunos consignados al comienzo, también disminuyó la res con hueso en 302.000 toneladas con caída de 52,7%, e igual sucediò con vísceras y menudencias de las que se exportó 110.699 toneladas con descenso de 27%.
Con relación a los niveles de faena, también durante 2010 registraron una disminución de 27%, pues de acuerdo con los registros de la ONCCA el total de cabezas faenadas ascendiò en el período a 11,81 millones.
Lo que es importante destacar, pues apunta directamente a la recomposición del stock ganadero, es que se encuentra en disminución la faena de hembras, con lo cual se van conservando mayor cantidad de vientres. El año pasado la faena de vacas explicò el 40,1% del total, invirtiendo lo que había sucedido años anteriores cuando los productores se deshacían de los tambos, faenando las lecheras.
Este cambio de tendencia se puso en marcha a mediados de 2010 y avanza en forma sostenida, aun cuando de acuerdo con los especialistas en el tema llevará al menos tres a cuatro años poder recomponer el stock ganadero que fue diezmado en más de 10 millones de cabezas.
Justamente el alza del precio de la carne fue una de las razones que hizo contraer el consumo en 14%, encontrándose ahora en 58,8 kilogramos anuales por persona, casi 10 kilos menos que en 2009.
La producción de carne se contrajo, de acuerdo con los datos de la Cámara de la Industria del sector, en 22,6% -unas 700.000 toneladas-, impactando especialmente en el menor consumo interno y también en el nivel general de las exportaciones, a pesar de los buenos precios, ya que los ganaderos están ahora también enfocados en la recomposición de sus planteles, que resultaron diezmados por las políticas oficiales equivocadas que promovieron la liquidación de vientres para tratar de sostener aplanados los precios internos.
Tomando números oficiales del SENASA, el stock ganadero que era de 60,1 millones en 2009 cayó a 50,2 millones en 2010, impactando además con una suba del 40% en los precios internos a diciembre del año anterior. El fracaso estuvo dado en los subsidiados feed lots, sistema en el cual hubo muchos desvíos de dinero, pero que más allá de eso no tuvieron el resultado esperado, impactando también esta forma negativa de conducir al sector en los frigoríficos, donde un buen número de ellos debieron cerrar por la falta de materia prima, lo cual provocó la pérdida de 4.000 puestos de trabajo.
Pero además de este escenario desfavorable para el consumo interno, que era el objetivo por el cual se perjudicó seriamente a los ganaderos, es decir atender "la mesa de los argentinos", no sólo no fue logrado sino que además se motorizó una estampida en los precios, que incluso se llegó a estar cerca de esos 80 pesos el kilo de lomo que se había pronosticado allá por 2008 en pleno conflicto entre el Gobierno y el campo.
En cuanto a la exportación, se ha favorecido la posición de otros países, como los casos de Brasil y Uruguay que fueron avanzando en los mercados descuidados por la Argentina. Es que en ninguno de esos dos países de aplican retenciones sobre las ventas al exterior, constituyendo una gran ventaja para los productores que ven de tal modo facilitada su competencia con sus pares argentinos.
Desde hace tiempo, los frigoríficos que quieren exportar deben vender "cortes populares" a precios por debajo del costo a determinados supermercados y cadenas -a cambio de los permisos-, lo cual es muy demostrativo de las formas equivocadas de manejar las políticas relacionadas con el campo. Las consecuencias están a la vista.

Autor: Redacción

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