Locales

“Capacitarnos, sobre todas las cosas”, expresó como necesidad Cardoso, presidente de APROTAME

Para los amantes de los autos que los cuidan como se debe, o para aquellos un poco descuidados que los hacen andar y andar hasta que algo falla, los talleristas se convierten en los médicos mecánicos, y cuánto los valoramos en esos momentos, sobre todo si tenemos un viaje previsto. En honor a ellos, hablamos con Osvaldo Cardoso, presidente de APROTAME, quien está en contacto permanente con ellos y los anima siempre a capacitarse ya que desde la asociación se brindan excelentes cursos para los que desean iniciarse como talleristas, o para los que ya lo son.
Cardoso, quien también es miembro directivo de la Federación Argentina de Asociaciones de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (FAATRA), inició la conversación lamentando el poco acompañamiento del Estado nacional en el rubro, sumado al escaso interés de algunos talleristas en capacitarse. “Hay menos compromiso”, recalcó.
En APROTAME, entidad que funciona desde 1971 y cuya sede en Rafaela está situada en Aristóbulo del Valle al 1036, se brindan seis cursos gratuitos a quienes quieren comenzar a incursionar en el sector: Mecánica Automotriz Básica y Avanzada, Electricidad A. Básica y Avanzada, y Electrónica A. Básica Avanzada. Cardoso explicó que son cursos para los que los que tienen el sueño de algún día ser mecánicos, o para el que no sabe nada, o a lo mejor fue a una escuela técnica pero no aprendió lo suficiente. “Nosotros acá tenemos auto, banco, elementos para hacer pruebas, y herramientas”, dijo mostrando a este medio un salón bien equipado.
A su vez, se ofrecen a los socios más de 20 capacitaciones virtuales a través de la Federación Argentina de Asociaciones de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (FAATRA), que son dictadas por calificados profesores e ingenieros de todo el país. “Contratamos a los mejores profesores para darles calidad y quedan muy conformes, pero hay quienes tienen ganas de hacer cursos y otros no”, lamentó.
Son actualmente alrededor de 100 socios, el número va aumentando de a poco, y según él hay muy pocos en la ciudad que no están registrados. Además de las capacitaciones, los socios cuentan con servicio de sepelio y de salud a través de Presto. A modo de dato, muchos de ellos alquilan los lugares donde tienen instalado el taller.
Comparando esta generación con sus años de juventud, reconoce que eran años muy diferentes. “Yo era tan distinto, tengo mucha escuela, aprendí que a las cosas hay que hacerlas bien, como son. Hay quienes creen que las cosas se aprenden trabajando solamente, sin tener una orientación. Por ejemplo, un mecánico no puede estar en un taller sino entiende las medidas, lo que es milímetro, una pulgada. Tienen que estar mínimamente capacitados y saber manejar un multímetro, un tester; nosotros acá tenemos scanner, les enseñamos a usar la parte electrónica, les sacamos todos esos miedos porque uno en la vida a lo que le tiene miedo generalmente es a lo desconocido”.
Al ser preguntado sobre cómo considera la situación actual de los talleristas, opinó que la misma es muy dispar, que a algunos les va bien, y a otros no tanto, pero que eso va de la mano con la calidad del trabajo, con la atención, también teniendo en cuenta los costos ya que el trabajo es una cosa y el manejo del negocio es otra. Volviendo al tema de las capacitaciones dijo: “Hay cursos para todo y todos. Los asociados tienen cursos para lo que quieran, para el chapista, para el pintor, para el tapicero, por el aire acondicionado, y para los mecánicos. FAATRA tiene que ver con todo lo que se relaciona al automóvil. Hoy en lo que más se capacita es la electrónica, porque estamos yendo de manera lenta, pero avanzando hacia eso”.
Comentó que mantienen una excelente relación con SMATA, sindicato que agrupa a los mecánicos, empleados de los grandes talleres y concesionarios. “Nos entendemos y en muchos casos estamos juntos. APROTAME reúne talleristas y SMATA está junto al personal de los talleres grandes”, explicó.
Con respeto a los grandes problemas que afronta el sector, dijo que es la importación de repuestos, cosa que les dificulta el trabajo. “Hay autos parados en los talleres que esperan la llegada de repuestos, a veces se termina yendo a un desarmadero a comprar algo usado. Para los remiseros esto es complicado. El Estado deja un vacío en muchas cosas, y nosotros no lo podemos arreglar, pero acompañamos y ponemos buena voluntad. “En cuanto a la importación, la entrega de los repuestos es discontinuada, por ejemplo, por ahí no conseguís una bomba de agua y acá a veces somos salvados porque tenemos una fábrica. Hay muchas cosas mezcladas, nacionales son pocas, la mayoría son importadas. Y acá les toca a los pobres chinos, que no tienen la culpa. Se reniega bastante con los repuestos chinos, pero no es por culpa de los ellos, sino es culpa nuestra”, dijo, refiriéndose con esto a las importaciones que muchas veces quedan las piezas paradas en la Aduana).
Podríamos decir que, como hoy un 0Km es casi inaccesible para muchos, el arreglo de los autos debería estar en auge, pero no es tan así explicó Cardoso. “Está faltando para todos, los servicios necesarios hoy de un automóvil son caros para la gente, y a los autos nuevos hay que ponerle mínimamente aceite semisintético, lubricantes buenos, hay que hacerle un servicio en tiempo y forma porque es como nos cuidamos nosotros; hay que hacer servicios de motor, aceite, filtro, de distribución, de frenos. Al auto hay que mantenerlo porque es la única. Hoy tenés revisión técnica, y debe funcionar todo. Hoy hay un montón de gente que no tiene seguro, patente, que no paga nada, los tenemos lamentablemente. Hay que tener un buen seguro uno por si te choca uno, te rompe todo el auto y no le podés sacar nada”.
También se le preguntó cómo impacta en los talleres tradicionales la innovación de los motores y respondió: “Está el tradicional, el auto de siempre, ahora con el agregado de la electrónica. El híbrido es un auto eléctrico con un motorcito auxiliar a combustión muy pequeño para moverte por necesidad. Por ejemplo, hablando del Toyota Prius, cuando vos frenas en el semáforo, el sistema de freno genera corriente para recargar la batería que lleva el auto. Es una tecnología bárbara. Los talleres se van adaptando, el que no sabe no lo toca, y ya hay quienes saben y sí los arreglan. Acá la gente sabe quién es quién, somos pocos y nos conocemos mucho. Los de motor convencional están escondidos por ahí y no pagan nada… Los que no hacen cursos agarran ese tipo de autos convencionales, o de modelos viejos a carburador, que son autos que ya quedan fuera del mercado”.
Con respeto a las fosas, explicó que el tallerista que ya la tiene hecha la pude usar, pero lo hace por necesidad porque no tiene dinero para comprar un elevador. Ya no se hacen más fosas conociendo las ventajas que conlleva el uso de los elevadores, pero son costosos.

AFECTADOS POR LA PANDEMIA
“La pandemia nos afectó en el parate, y también con las medidas inadecuadas que hubo, los protocolos. Lo que teníamos que hacer con un auto era como imposible. Además, nos afectó la incomunicación, la posibilidad de vernos cara a cara. Después de la pandemia se empezó a activar bastante porque la gente empezó a viajar, pero lo que no nos ayuda sinceramente es la economía del país”.

BAJO SU ÓPTICA
A manera personal, se sinceró diciendo que siempre tuvo hambre de crecer, de superarse, de aprender, siendo impulsado desde joven por sus profesores que le aconsejaban que la clave estaba en estudiar para aprender.
Actualmente nota un desinterés de estudiar en los que se quieren iniciar en la actividad, como así también, en los que ya cuentan con su taller, de capacitarse, hacer cursos y actualizarse ya que los cambios no cesan. Y agregó: “El auto es un elemento que se vende como la ropa que usamos; a los autos no los hacen todos los años iguales, van cambiando constantemente porque necesitan enamorar al cliente, hacerle ver algo nuevo que lo incite a cambiar, a querer algo diferente. En Rafaela tenemos clientes bastantes primitivos, que dicen: me quedo con el auto viejo. En cambio, en las ciudades grandes los quieren cambiar, porque saben de la utilidad del auto, y que lo necesitan. A veces, el interés del mecánico es que le enseñemos a ganar plata sin trabajar, y no podemos hacer eso. Hay gente que me quiere y hay gente que no. Pero digo las cosas sin temor a equivocarme. A veces resultan antipáticas las palabras, pero cuando insistís y ves que no hay cambios, molesta”. Esto en relación a que, como presidente de la asociación, otra de las acciones que lleva adelante es la de visitar los talleres, acompañar a los dueños y darles asesoramiento.

UN CONSEJO A LOS TALLERISTAS
Antes de finalizar la charla, teniendo en cuenta su trayectoria y años de experiencia, se le preguntó qué consejo les daría a los talleristas de la ciudad y de la zona. Y respondió: “Fundamentalmente, que la unión hace la fuerza. Agruparnos es lo correcto. Lo vemos de esa manera, trabajar juntos, en equipo, capacitarnos por sobre todas las cosas. En este momento nosotros tenemos todo el esfuerzo dedicado a la capacitación, para los que no saben nada y para los que ya están trabajando. Tenemos capacitación para todo tipo, porque los automóviles, cambian constantemente. Vamos siempre en ascenso, a mayor modernidad. Esto nos obliga a estar actualizados para que se brinde un buen servicio al cliente que es lo que nos corresponde hacer a nosotros”.


Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web