En algún momento llegué a descubrir al pianista rafaelino Remo Pignoni
Estaba empezando a estudiar y llega través de Rubén Carlini con quien estábamos tocando juntos. El tenía pensado grabar la música de Remo que estaba transcripta para guitarra. Eran pocas obras muy cortitas, él empieza a trabajar sobre este proyecto y lo convoca al músico rafaelino José “Pepe” Perren para hacer algo con guitarra y piano. Y ahí descubren -también con la ayuda de siempre de Dorita, la esposa de Remo- algunas obras que estaban guardadas en partituras, y Rubén tiene la necesidad de que quede registrado eso. Que se pueda conocer la obra de Remo que no estaba grabada, y me convoca a mí para ser parte de ese proyecto de disco donde había cinco obras cantadas. Estuvimos trabajando en la elección, fuimos conociendo las obras, investigando de qué hablaban, interpretarlas para ver cómo las sentíamos, en qué año las había escrito. Y así se definió el repertorio de ese disco que se llamó “Ramita nueva” donde yo era muy jovencita. Y la obra de Remo es muy grande. Hoy a la distancia lo escucho y me recuerdo a mí misma grabando las obras, disfrutando muchísimo, y en momentos renegando muchísimo para poder cantarla porque tenía muy poco estudio en ese momento. Y son obras complejas desde lo musical y desde lo poético, y se necesita una maduración para poder hacerse cargo de esas obras. Me gustaría haber tenido algunos años más. Pero de todos modos me siento muy agradecida y muy contenta de haber sido convocada para ese proyecto, y esa canciones de Remo no me las olvido.
Lo que significó haber cantado esos temas habiendo sido de Remo
Abordando esa obra pasé por primera vez algo que después volví a pasar por este camino que es cantar obras que no estaban grabadas que es un desafío muy grande. No había referencia, estaba la partitura y yo era libre. Libre de una versión anterior porque no había. Tenía que hacer mi versión y eso fue algo muy lindo. Primero me asustó, y después cuando empecé a hacerlo donde me encontré con dificultades por supuesto, empecé a disfrutar. Y me empecé a sentir un poco parte de esa obra. Un poco creadora con la interpretación. Es un trabajo maravilloso, muy apasionante. En el que también aparecen momentos de frustración como en todo trabajo, como en todo proyecto.
Cómo lo veo a Remo Pignoni hoy
Como uno de los grandes de nuestra música. Y salir de la ciudad y encontrarse con muchos músicos que no solo lo conocen a Remo sino que lo admiran y lo respetan mucho, y que además abordan su música, es algo difícil de explicar. Porque uno ve lo local como algo tan cercano, que no le parece que va a mudarse de ciudad, y eso cercano va a permanecer como cercano. Y pasa eso, Remo es un músico cercano a los músicos. Y es considerado como uno de los grandes de nuestra música, y se lo aborda como tal. Lo pienso ahora y veo a la distancia otra vez cómo el paso del tiempo y pienso que me encantaría poder interpretar sus canciones y tenerlo al lado. Cuando nací Remo ya había fallecido, estuve lejos de conocerlo, pero al ser local está la cercanía de los que lo conocieron, y siento como si lo hubiese conocido. Después de interpretar mucha música del “Cuchi” Leguizamón, de Atahualpa Yupanqui, donde sus autores tampoco están, haber interpretado música de Juan Falú al lado de él, música de Franco Luciani al lado de él, y poder tener esa mirada del autor, pienso que lindo hubiese sido cantar frente a Remo para tener su parecer, para tener su opinión, para tener su enseñanza, pero de todos modos creo que Remo sin haber estado al lado mío, me enseñó mucho a través de sus obras. Por el momento de mi vida en el que llegaron sus obras, y por la calidad de sus temas.
Anécdota
En la grabación me acuerdo que había una parte que no me salía, de sentir una frustración muy grande. Y después resolverlo con la contención de los músicos. Ellos eran adultos y yo estaba comenzando. Fueron maestros en ese momento para mí. Recuerdo de disfrutar mucho el tema “Las manos”. La que más disfruté. No había pasado mucho tiempo de que había descubierto la poesía de Fandermole, entonces seguía descubriendo. Encontrarte con un músico local con una música tan maravillosa, con poesía de Hamlet Lima Quintana, fue una etapa de descubrimiento, de aprendizaje, de tener que madurar en una canción. Viéndolo a la distancia me doy cuenta que fue un momento mucho más importante de lo que yo creía que era.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a María Victoria Birchner