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Canción de amor para mi Patria

Por Hugo Borgna
Las preguntas que lógicamente se puede hacer el lector, después de ver el título, es ¿a qué canción refiere? ¿la conoceré? y sentirá intriga -o por lo menos una pequeña curiosidad- para develar la incógnita.
De la extensa producción de Alberto Cortez, “Canción de amor para mi patria” es una de las menos conocidas. Anterior -o por lo menos contemporánea- con algunos de sus históricos grandes éxitos, fue compuesta y grabada por él en 1984. Confirman estos datos la figuración en catálogos y la memoria de los seguidores de la música.
“Será porque me dueles / será porque te quiero / será que estoy seguro que puedes /llenarme de palomas el cielo. / Será porque quisiera que vueles /que sigue siendo tuyo mi vuelo”
“Será que estás en celo / velando la alborada / o acaso acumulando desvelos / por dudas largamente acunadas / Tan solo se levanta del suelo / el que del todo extiende sus alas”.
“Amada mía, querida mía, ¡ay, patria mía! / de tumbo en tumbo se pierde el rumbo de la alegría / ¡Vamos arriba!, que no se diga que estás llorando / que tus heridas mal avenidas se irán curando / Defiende tu derecho a la vida / y juntos seguiremos andando”
“Será que ya no quieres / sufrir más desengaños / que vives levantando paredes / por miedo a que la luz te haga daño / Si ya no vienen llenas tus redes / tampoco hay mal que dure cien años”
“Quizás en apariencias / te alejas o me alejo / el caso es que sufrimos la ausencia / con un dolor ambiguo y parejo / amor no significa querencia / también se puede amar desde lejos”
Llama la atención en este tiempo actual, de recordación y análisis de la obra de Alberto Cortez, el tema elegido, distinto a los más abordados en otras canciones, de familia, sentimientos y nostalgia; parece aludir a algún hecho doloroso cercano a 1984 sufrido por nuestra Patria. Dice en una parte de la letra “Tan solo se levanta del suelo el que del todo extiende sus alas”: es como para preguntarse a qué caída se refiere. Más delante de la letra, exhortando al olvido y a la superación, expresa “defiende tu derecho a la vida y juntos seguiremos andando”.
Claro que un poco antes de 1984, nos ocurrió una circunstancia particularmente trágica, pero Alberto Cortez no la confirma con referencias más precisas. En cambio, elabora elípticamente unos versos con profundas figuras y metáforas consiguiendo una poesía rica, apoyándose solo tangencialmente en uno o más sucesos. Es éste un recurso estilísticamente muy valioso: uno de los valores del arte es la capacidad de sugerir.
Alberto Cortez hace su apoyo en la idea de Patria. Tiene bien en claro por qué. No lo dice expresamente, pero alude a que si hay un elemento de unión indispensable en los grupos sociales organizados jurídicamente, es el suelo. Como son también el idioma y los símbolos emblemáticos creados de eso que se llama Patria, son sus signos superiores de emocionada pertenencia.
Por el año 1984 -y por mucho tiempo- Alberto Cortez estuvo radicado en España, donde fue recibido cálidamente como a uno de los de allí. Esa ausencia explica los versos “El caso es que sufrimos de ausencia con un dolor ambiguo y parejo, amor no significa querencia, también se puede amar desde lejos”.
Patria es una sensación muy interior, desde la pampa donde nació Cortez y hacia todo el espacio y el suelo en que nos apoyamos con seguridad de pertenencia.
Patria es la vida y el aire, y el conjunto que transmitimos. Es tiempo amigo que invita a la mejor tradición propia, que debería ser la de buscar inspiración en esa inmaterial pero muy cercana palabra.

Autor: REDACCION

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