Editorial

Campo y maquinarias

El aumento de las ventas de maquinarias agrícolas es un buen síntoma, que debe interpretarse como una perspectiva interesante en especial para el sector agropecuario, en cuanto hace a la renovación de sus implementos pero además por todo el impacto que provoca su producción en el conjunto total de la economía. Los datos difundidos por el INDEC dan cuenta que en el segundo trimestre de este año se vendieron 5.680 unidades, significando una suba del 43% respecto a igual lapso de 2012. En cuanto a precios, aun cuando aquí debe considerarse el impacto inflacionario, la facturación fue 97% mayor, llegándose a los 2.345 millones de pesos.

Si vamos al análisis completo de la primera mitad de 2013 tenemos entonces que la venta total de maquinarias agrícolas fue de 9.573 unidades, con un alza comparativa del 34.8% en cuanto al primer semestre del año pasado, siendo la facturación del período de 4.198 millones, con una suba de 108%.

Más allá de estas prometedoras estadísticas, un aspecto que debe ser rescatado por su significación, es que durante lo que va de este año se ha logrado un récord histórico en cuanto a la comercialización de maquinarias de origen nacional, que crecieron un 136,9% en comparación con lo sucedido en 2012, algo que se produjo en gran medida a los programas de nacionalización de la producción que pusieron en marcha las grandes marcas multinacionales. De acuerdo con las precisiones brindadas por el INDEC, la producción nacional cubrió el 68% del total del mercado. 

Dentro del variado espectro de las maquinarias agrícolas, los tractores alcanzaron la mayor participación dentro del mercado, alcanzando un tercio de las ventas totales con 724 millones de pesos durante el segundo trimestre, ubicándose luego los implementos variados con el 28% y una facturación de 659 millones, apareciendo luego en este posicionamiento las cosechadoras con el 22% y 520 millones de facturación, mientras que las sembradoras explicaron el 19% con 442 millones de pesos.

De todos modos, estos buenos números comparativos son también producto de la baja performance que hubo en tal sentido en 2012, cuando la afectación por la sequía incidió considerablemente sobre el poder adquisitivo del sector agropecuario.

Recaudación impositiva

En el séptimo mes del año la recaudación impositiva estuvo en el orden de los 80.298 millones de pesos, teniendo una expansión del 31% en comparación con igual mes de julio del año pasado, contando para alcanzar ese objetivo el impulso del consumo, además de los mayores aportes patronales, el impuesto a las Ganancias y el impuesto al Cheque, pero por sobre todas las cosas por el efecto inflacionario. 

Si tenemos en cuenta el último aspecto mencionado, considerando que las estimaciones ubican a la inflación en un nivel que oscila entre 25 y 30 por ciento, la recaudación récord del 31% es sólo la cobertura inflacionaria, lo cual se antepone a la argumentación oficial que da como justificativo el crecimiento de la actividad económica.

El IVA, como es habitual cada mes, tuvo una explicación de 14.800 millones para la recaudación de julio, con una suba del 38% respecto a julio 2012, combinándose aquí dos factores que sobresalen para alcanzar este importante registro, como fueron los aumentos salariales y el cobro del medio aguinaldo que motorizaron las ventas, combinando con el siempre presente efecto inflacionario. Como los precios aumentaron en los últimos doce meses en promedio por sobre el 20%, la base imponible de ese tributo también registra una suba similar.

Las retenciones, siempre en el centro de la polémica y disputa entre el gobierno y el campo, aportaron en julio 5.600 millones de pesos, cifra sin dudas muy significativa que impacta negativamente en las inversiones del campo, aunque fueron 15 puntos menores que un año atrás.

En cuanto a las contribuciones patronales tuvieron un gran impacto en la recaudación, ya que ingresaron 25.800 millones por ese concepto, alimentando las arcas del sistema de seguridad social, con incremento del 34% respecto a julio 2012. En cuanto al impuesto al Cheque aportó la cifra récord de 5.000 millones y Ganancias, otro de los impuestos más cuestionados especialmente por su impacto en los salarios bajos, llevó a las cajas del Estado nada menos que 15.600 millones de pesos.

Autor: REDACCION

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