Editorial

Campo con récord

No se llegará en esta campaña a la tan anhelada meta de la cosecha de los 100 millones de toneladas, como se aspiraba e incluso se había llegado a anunciar desde despachos oficiales del área, pero se estará muy cerca pues todas las estimaciones, incluso las menos optimistas establecen que se estará oscilando en los 95 millones de toneladas. 

De alcanzarse esa cifra, tal como se supone con los datos al alcance sobre áreas sembradas y estimaciones de rindes, se logrará un ingreso de 30.000 millones de dólares. Es decir, no se tendrá récord en producción por el volumen, pero sí se alcanzará una marca inédita en cuanto a los ingresos, que serán superiores en más de 4.000 millones de pesos con relación a la anterior cosecha, consecuencia de la suba de precios.

Para darse estas condiciones se debieron producir varios hechos en forma positiva, uno de ellos por ejemplo, y seguramente el de mayor influencia, fueron las lluvias caídas en los momentos más complicados para los cultivos, que lograron confluir en forma muy positiva en la soja, girasol y el maíz. Es que recordemos que la sequía venía tendiendo un manto de serias dudas, e incluso llegó a provocar daños bastante significativos, considerándose que hubo estimaciones de bajas de unos 4 millones de toneladas, de modo especial con afectación del maíz.

Pero claro, esa pequeña merma en la producción, que no alcanzó más significación por la aparición de las lluvias, se vio ampliamente compensada por la suba de los precios de los granos. Tanto se dio de esa manera, que cuando en los últimos meses del año pasado, se hizo una estimación de ingresos por algo más de 28.000 millones de dólares tomando como referencia los precios de ese momento, mientras que ahora y aún con la resignación de un importante tonelaje como consecuencia de la sequía, los ingresos calculados llegan a 30.300 millones de dólares. Es decir, el alza de precios compensará sobradamente la caída del volumen de las exportaciones de granos, lo cual sostendrá el récord que se avecina.

De todos modos, y aun cuando amerita esta nota editorial por la significación que tiene el campo dentro de la economía del país, es conveniente dejar bien en claro que se trata de situaciones aún no concretadas, sostenidas en estimaciones y cálculos bien fundados, pero cálculos al fin. Es que, los pronósticos se basan en cotizaciones probables para las exportaciones futuras, que es bien sabido pueden llegar a tener modificaciones.

La volatilidad es una de las constantes del mercado mundial de granos, y especialmente más de lo que suceda en el escenario latinoamericano, mucho tiene que ver el desenvolvimiento de lo que ocurra en los Estados Unidos, ya que es el mayor exportador del mundo de soja y maíz, y por lo tanto tiene una participación esencial en la formación de los precios.

La cosecha sudamericana ya está consolidada, con buen rinde y excelentes precios con tendencia en alza, pero ahora todo depende de los Estados Unidos, pues de acuerdo con los analistas, si allí se diera alguna circunstancia climática desfavorable, entonces nadie podría estimar hasta qué límite llegarían los precios de los granos. 

Según recientes estimaciones, muy precisas por otra parte, la Argentina dispondrá de una cosecha de un 3% inferior a la anterior campaña, sostenida en 48 millones de toneladas de soja, 20 millones de maíz y 15 millones de trigo, en este último caso ya cosechadas, además de 3,5 millones de sorgo, 2,8 millones de girasol y 2,5 millones de cebada cervecera. De ese total de 95,3 millones de toneladas, la disponibilidad para exportaciones estará en el orden de casi 70 millones de toneladas.

Tomando los precios de referencia a futuro, los ingresos por las ventas de granos al exterior estarán por sobre los 30.000 millones de dólares, que explica algo más de las tres cuartas partes del total de ingresos de divisas al país. En cuanto al fisco podría ingresar 8.600 millones de dólares en concepto de retenciones, es decir y aún con una cosecha 3% menor en volumen, el Estado recibiría un 10% más que la anterior cosecha.

Para los productores, la rentabilidad será muy elevada, incluso por sobre el año 2008 cuando se habían dado los mejores precios, desatándose entonces el duro conflicto con el Gobierno por el intento de aplicación de las retenciones móviles. Hoy, evidentemente existe otro escenario, con perspectivas muy positivas.

Autor: Redacción

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