Desde hace un tiempo a esta parte, conciliar producción y medio ambiente constituye una de las prioridades centrales de toda sociedad moderna que tiene en claro que cuidar el planeta es una obligación para salud de los habitantes de hoy y por el bienestar de las futuras generaciones. En la actualidad, ya no se puede fabricar un producto descargando los residuos sin tratamiento a un río porque la legislación a avanzado en la materia, aunque eso no quita que todavía se registren casos de este tipo, como lo que sucede a veces en el Riachuelo de la Ciudad de Buenos Aires, un curso de agua históricamente contaminado.
De todas formas, la cruzada de las organizaciones ambientalistas siempre encuentra un motivo para plantar batalla. En la Argentina, los productores que buscan extender la frontera agrícola o ganadera en provincias como Chaco o Salta representan las "nuevas amenazas" a los diversos ecosistemas naturales de amplias regiones. Así lo denunció con un golpe de efecto Greenpeace el sábado pasado durante el desarrollo del acto central de la exposición rural de Palermo cuando hacía uso de la palabra el titular de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina y se encontraba el propio presidente de la Nación, Mauricio Macri. La osada intervención de la organización ecologista se centró en desplegar, en el palco principal frente a la pista central, carteles que se encontraban disimulados en el techo, mediante un sistema de control remoto, en el momento justo de los discursos. Los mensajes breves pero contundentes planteaban 'Ganaderos: basta de desmontes' y 'Destruir bosques es un crimen'.
Greenpeace, que por esta original protesta ha sido denunciada penalmente por intimidación pública, acumula más de 20 años denunciando la situación de emergencia forestal argentina y reclamando a todos los gobiernos nacionales y provinciales responsables. De alguna manera, la acción fue el punto de partida de una campaña para redoblar su esfuerzos en búsqueda de evitar que se desmonten los bosques nativos de la región chaqueña, hogar del yaguareté, para transformarlos en pasturas. Advierte que ahora hay máquinas topadoras derribando a toda velocidad nuestros bosques nativos de la región chaqueña cuya responsabilidad corre por cuenta de empresas que realizan ganadería intensiva para exportar la mayor cantidad posible de carne vacuna a supermercados y mayoristas de Europa e Israel, al menor costo económico y al mayor costo ambiental.
Luego de un año de investigación, Greenpeace publicó el informe “El sacrificio de los bosques del Gran Chaco” donde revela quienes son algunos de los principales actores de la destrucción de bosques nativos en el Gran Chaco argentino, principalmente en las provincias de Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa: las empresas productoras de ganadería vacuna para exportación y las grandes cadenas de supermercados y mayoristas de Europa e Israel que compran a estos frigoríficos. En este sentido, considera que hay 10 millones de hectáreas de bosques en riesgo por el avance de la ganadería industrial. Así, advierte que la actual crisis climática y la pérdida de biodiversidad exige un freno urgente de la deforestación.
Con este reporte, Greenpeace exige a las empresas involucradas en la industria ganadera que adopten una política de Deforestación Cero y, en caso de ya contar con ese compromiso, cumplirlo estrictamente.
Según datos oficiales del gobierno nacional, el país perdió 7,7 millones de hectáreas de bosques entre 1990 y 2017, una superficie similar a Bélgica y Holanda juntas. Cada año, en nuestro país, se destruyen el doble de bosques por ganadería que por agricultura sostiene la organización.
El informe también detalla que la destrucción y degradación de bosques en la región del Gran Chaco impacta directamente en la supervivencia del yaguareté. Sólo quedan 20 en la región chaqueña. Hace pocas semanas, la organización ecologista se presentó ante la Corte Suprema de Justicia argentina para reclamar por el reconocimiento de derechos de esta especie. Asimismo, Greenpeace alertó que de implementarse el acuerdo Mercosur-Unión Europea crecerá la demanda de carne vacuna argentina, aumentará la ganancia de los frigoríficos exportadores y habrá aún más presión sobre los bosques.
El Gran Chaco americano es la segunda región forestal de Latinoamérica, después del Amazonas. Tiene más de 1 millón de kilómetros cuadrados y se extiende a lo largo de Argentina, Paraguay, Bolivia y una pequeña parte de Brasil. En Argentina, abarca principalmente a las provincias de Chaco, Salta, Formosa y Santiago del Estero.