WASHINGTON, Estados Unidos, 20 (AFP). - Ayer, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, otorgó la aprobación de emergencia a la vacuna contra la enfermedad COVID-19 producida por la farmacéutica Moderna, convirtiéndola de esta manera en el segundo inoculante de esta naturaleza en ser autorizado en el país norteamericano.
Científicos publicaron un estudio en la prestigiosa revista "The New England Journal of Medicine", en el que dieron a conocer los resultados de un ensayo clínico de esa vacuna para 40 adultos mayores (de 56 a 70 años y otro grupo de mayores de 71 años) que recibieron dos dosis con 28 días de diferencia.
La prueba demostró una inmunidad del 94% en pacientes adultos mayores, de acuerdo con el informe que dio a conocer la propia Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, constituyéndose en un dato "muy alentador para quienes están comprendidos en el grupo de riesgo".
La vacuna de Moderna, al igual que la de Pfizer, utiliza ARN mensajero, material genético que nuestras células leen para hacer proteínas.
La molécula es frágil y sería cortada en pedazos por nuestras enzimas naturales si se inyectara directamente en el cuerpo. Para proteger la vacuna, Moderna envuelve el ARN mensajero en burbujas aceitosas hechas de nanopartículas lipídicas.
La vacuna de Moderna necesitará ser refrigerada y debería ser estable hasta seis meses cuando se envíe y se almacene a 20° bajo cero.