Editorial

Caída del salario

Por los negativos efectos de la inflación, que no fueron alcanzados por los ajustes acordados en las paritarias, durante el recientemente concluido año 2012 los salarios tuvieron una retracción del 5% de poder adquisitivo, un dato que en cierta medida impacta muy fuerte sobre el mercado laboral, ya que además de estar en caída los salarios en forma simultánea ha comenzado a subir la desocupación, siendo varios los sectores más afectados, destacándose entre ellos la industria de la construcción, que hace nada menos que 8 meses que está en baja y que sobre el final del año pasado tuvo sus registros más bajos.

Otro dato importante sobre el mercado laboral es que durante 2012 se destruyeron 100.000 empleos y la desocupación subió a 7,6%, aun cuando en la misma existen varios factores que favorecen la medición hacia la baja como por caso la contabilización de la entrega de planes sociales, como así también incluir entre los ocupados a quienes tienen sólo media jornada o trabajan menos de 20 horas semanales. De no darse esa situación, la tasa de desocupación estaría muy por encima de la conocida oficialmente.

De tal manera, y de acuerdo lo señala un informe de la Fundación Pensar respecto al análisis del salario en 2012, la pérdida de empleo agudiza la preocupación por la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos, pues entre ambos se combinan dos factores decisivos, y los dos se encuentran en retroceso.

Debe decirse que nominalmente los salarios se incrementaron el año anterior pasando de 3.100 pesos de 2011 a 3.347, tomando como referencia el cuarto trimestre de ambos períodos, pero como consecuencia de la inflación con la suma mayor pudo comprarse menos que con la anterior, establecida en un 5% de acuerdo con el estudio.

En cuanto a los datos sobre desocupación que da la Fundación, ascienden a 1,5 millón pero con la aclaración que de incorporarse a los mismos los subocupados y los que dejaron de buscar empleo por la falta de oportunidades, entonces esa cifra se eleva a 3,5 millones que conforman el universo de la población económicamente activas.

Con la caída del 5% del salario, en consecuencia el problema no queda remitido exclusivamente a los que no tienen o han perdido su trabajo, sino también a quienes cuentan con un empleo pero ante la pérdida de poder adquisitivo se encuentran cada vez más alejados de poder sostener el presupuesto familiar. En tal sentido, ni hablemos de las canastas oficiales del INDEC, pues para el mismo con apenas 1.500 pesos una familia conformada por matrimonio y dos hijos en edad escolar le alcanza para no caer en la pobreza, mientras que un grupo familiar de igual composición con 650 pesos tiene suficiente para no ser considerado en la calificación de la indigencia. Números que se encuentran definitivamente alejados de la realidad.

El estudio sobre salarios y empleos destaca que la destrucción de puestos de trabajo se produce "en firmas del sector privado", dándose tal situación de acuerdo al análisis en virtud de haberse creado menor cantidad de empleos al que requiere la participación laboral de la población, especificándose además que "la situación sería aún más grave si el incremento del desempleo viniera acompañado de una caída en la cantidad total de puestos de trabajo", ampliando además que "si el empleo público se hubiera mantenido constante, habría habido una destrucción neta de empleo y un aumento mucho mayor de la desocupación", dejándose en claro que "la caída en el empleo privado y el crecimiento de la plantilla del sector público se encuentra ligado al modelo en vigencia".

Al comienzo de este segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández, el empleo del sector privado cubría el 60% del sector asalariado, en tanto que ahora, apenas un año después, alcanza al 58,4% encontrándose en retroceso, ante el avance del empleo público.

De todos modos, más allá de todas las circunstancias, lo realmente nefasto tanto para el salario como para todo el conjunto de la actividad económica, es la inflación, por la cual se hace poco y nada por combatirla, ya que es justamente el Estado uno de los principales promotores, tanto con la sostenida emisión monetaria como con el permanente ajuste de tarifas de servicios públicos que impactan sobre el resto del conjunto.


Autor: Redacción

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