Editorial

Caída del PBI

De acuerdo con lo que permite deducir lo sucedido en el primer trimestre de este año, aun cuando nuestro país continuará en crecimiento, lo que debe considerarse positivo dentro de un escenario internacional complicado, no lo seguirá haciendo a los niveles de "tasas chinas" -como se ha dado en denominar a quienes se encuentran en altos niveles de expansión, dentro del orden de la China, que ha sido el país que más creció en la última década en todo el mundo-, ya que los 8 puntos de 2011 no volverán a repetirse, y según todos los indicadores, se crecerá alrededor de la mitad.

Los factores que allí coinciden con la capacidad instalada colmada, la restricción de las importaciones, la merma de la cosecha, y además añadido a todo eso, la ya citada situación internacional. Todo sumado, es lo que determina que el crecimiento argentino se reducirá a la mitad de los niveles en que lo vino haciendo estos últimos años, con excepción de algunas breves interrupciones en ocasión de la crisis de 2008 y sus posteriores coletazos. 

Para llegar a esta conclusión contamos con el respaldo de algunas cifras, como por caso la oficial del INDEC del mes de enero, con un alza de la actividad económica del 5,5%, que aún siendo interesante, contrasta claramente con el 8,9% de ese mismo mes de un año atrás, debiéndose además añadir los datos de la consultora del economista Orlando Ferreres, quien para el primer bimestre del año adjudica una expansión de 3,1%, recordándose que en ese mismo lapso en 2011 se había crecido 5,8% y en 2010 se había llegado a 8,2%, quedando claro el tobogán en que se ha ingresado.

Un dato a tener en cuenta en que esta caída se percibe con mucha más claridad en la oferta que en la demanda, ya que en el pasado mes de febrero solamente tres rubros estuvieron por sobre el promedio de la economía global: la industria con suba de 3,2%, el comercio con 3,4% y la intermediación financiera con 22,1%, teniendo en este último caso una participación muy significativa la recomposición de los depósitos y del crédito. Mientras que en cambio los sectores más machacados en estos primeros tres meses fueron el textil, el químico y el de los metales básicos.

En cuanto a la producción automotriz, un elemento clave para el sostenimiento de la economía en su total y de modo especial a la industria, en febrero experimentó una suba de 29% frente a las bajas de 11% en enero y 21% en diciembre, lo cual fue posible merced a las exportaciones, que representan el 60% de la producción. En cambio la industria de la construcción mostró un claro contraste pues en febrero se redujo 0,5% y aunque no sea una cifra trascendente lo es en cambio por la tendencia que está marcando en cuanto a la contracción de la actividad en general, dada su importante participación en todo el conjunto. Y además, muy especialmente para el análisis y consideración, la construcción estuvo en baja por primera vez desde el mes de septiembre de 2009, es decir, nada menos que 29 meses. La situación es mucho más preocupante si la medición en lugar de interanual la hacemos con enero, su mes inmediato anterior, ya que entonces la caída fue de 5,2 por ciento.

Y sin ingresar en detalles de cada uno de los rubros, el que debe ser mencionado debido a la gran participación que tiene en el conjunto de la economía, es el agropecuario. En el mismo la cosecha de soja estará en retroceso, pues de los 49 millones de toneladas de 2011 se retrocederá ahora a 43 millones.

Según lo había puntualizado la consultora Economía & Regiones "el menor nivel de actividad de Brasil sería una de las principales causas del actual menor dinamismo de la industria y el producto de la Argentina". Y efectivamente es de esa manera, ya que Brasil tuvo una importante merma en su producción y actualmente está privilegiando medidas para recuperarla, razón por la cual su situación impactará muy fuerte en la economía de nuestro país. Pero además, y siendo una situación que habrá que seguirla muy de cerca por el fuerte impacto que puede tener su desenlace, es el efecto que pueden tener sobre nuestra actividad algunas medidas de represalia con las que Brasil viene amagando como réplica por las restricciones aplicadas por la Argentina, aunque, más allá de toda salida de carril de las normativas, lo que debe tenerse en cuenta en el intercambio entre ambos países, es que Brasil tiene un superávit del orden de los 5.000 millones de dólares.

Autor: Redacción

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