Editorial

Cada vez más lejos

FOTO MARCA

La actuación de los deportistas argentinos en los Juegos Olímpicos que se vienen celebrando en Tokio puede sorprender a muchos por los pobres resultados, particularmente en las competencias individuales.
Nuestros atletas están cada vez más lejos de poder acceder a las rondas que les otorgarían la posibilidad de luchar por alguna medalla en varias disciplinas, como el boxeo, el atletismo, el tenis, la natación, el remo y la vela, que le otorgaron múltiples satisfacciones.
El deporte de los puños lidera por amplio margen las estadísticas, con nada menos que 24 preseas, entre las que se destacan siete de oro, logradas por Víctor Avendaño y Arturo Rodríguez Jurado (en Amsterdam 1928), Carmelo Robledo y Alberto Lovell (en Los Angeles 1932), Oscar Casanovas (en Berlín 1936), Pascual Pérez y Rafael Iglesias (en Londres 1948). Nuestro país sumó otras siete de plata y 10 de bronce.
En la madre de todos los deportes, quedaron para siempre en las estadísticas los oros de Juan Carlos Zabala en Los Angeles 1932 y de Delfo Cabrera en Londres 1948, cuando inscribieron sus nombres como ganadores del Maratón.
También la distancia de los 42 kilómetros, fueron plata Reinaldo Gorno (en Helsinki 1952), Luis Brunetto en salto triple (en París 1924) y Noemí Simonetto (en salto en largo (en Londres 1948).
Pasaron tantas décadas de esas conquistas, que hay que recurrir a los archivos para recordarlas. Eran tiempos en los que nuestro país estaba a la altura de los mejores en la carrera más extenuante de la cita olímpica.
En el tenis, mientras tanto, hubo notables actuaciones más cercanas en el tiempo como la de plata conseguida por Gabriela Sabatina (singles en Seúl 1988) y las obtenidas por Juan Martín Del Potro (plata en Río 2016 y bronce en Londres 2012).
A fuerza de bracear en las aguas olímpicas, tres argentinos conquistaron preseas. Son los casos de Alberto Zorrilla (oro en Amsterdam 1928), Jeanette Campbell (plata en Berlín 1936) y Georgina Bardach (bronce en Atenas 2004).
En el remo, el más grande exponente en toda la historia, el rosarino Alberto Demiddi se colgó una medalla de plata (en Munich 1972 y en México 1968); mientras que en otra disciplina náutica, la vela, Carlos Espínola alcanzó en dos ocasiones la plateada (en Atlanta 1996 y en Sidney 2000).
Además, se vistieron de oro Sebastián Crismanich (taekwondo en Londres 2012) y Paula Paretto (judo en Río de Janeiro 2016) -la única mujer campeona olímpica- y ganadora de la plata (en Beijing 2008).
También forman parte de este cuadro el tirador Carlos Enrique Díaz Sáenz Valiente (plata en pistola rápida en Londres 1948) y el jinete Carlos Alberto Moratorio (plata en equitación en Japón 1964).
Todos los mencionados lograron consagrarse en el plano individual, pero hubo, además, múltiples conquistas en otras actividades con más de un deportista por equipo, como las medallas doradas que aportaron Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero (en remo en Helsinki 1952), Juan Curuchet y Walter Pérez (en ciclismo en Beijing 2008) y las que se alcanzaron en juegos por equipos, como las de oro en polo (en París en 1924 y en Armsterdam en 1928), dos del fútbol masculino (en Atenas 2004 y en Beijing 2008), la del básquet masculino (en Atenas 2004) y la del hockey sobre césped masculino (en Río 2016).
La lista es más extensa, pero merece un párrafo especial la medalla de bronce que le dieron al tenis de nuestro país en el doble masculino, el rafaelino Javier Frana y Christian Miniussi (en Barcelona 1992).
Hoy, la realidad es muy diferente y el deporte argentino está muy lejos de sus grandes momentos olímpicos, de manera especial en el plano individual, donde alcanzar una medalla es poco menos que una utopía. La gran esperanza de Tokio 2020 era la judoca Paula Paretto, que fue eliminada en la primera ronda y luego anunció su retiro.
A nivel de equipos, por segunda vez consecutiva el fútbol no pudo superar la fase de grupo, repitiéndose en esta oportunidad lo ocurrido en Río, cuando las expectativas apuntaban bien alto. En este caso, la mezquindad de los clubes, al no ceder a varios jugadores clave en el plantel de Fernando Batista, resintió las aspiraciones del deporte más popular de nuestro país.
El rugby, en su versión de siete jugadores, hasta el momento le concedió la única medalla al país, con el bronce logrado frente a Inglaterra.
Las ilusiones se mantienen por el lado del basquet tras su victoria contra Japón, del voley luego de su excepcional labor ante Estados Unidos y el hockey sobre césped femenino, que al momento de realizar este informe seguían luchando por acceder al medallero.
Como balance, queda en evidencia, una vez más, que cada día estamos más lejos de las grandes potencias, por diferentes circunstancias nos llevaron a ese declive que parece no tener fin.

Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web