Editorial

Brecha salarial por género

Indudablemente que transcurren tiempos de cambios en todos los órdenes, desde la tecnología que impacta en todas las áreas de la actividad de las personas hasta en el campo de los derechos, especialmente de aquellos sectores que han sido tradicionalmente postergados. El concepto "empoderar" se ha puesto de moda, enhorabuena. Según define Wikipedia citando el libro "El Diccionario de poder y lucha de Sharp, el empoderamiento "se refiere a la serie de procesos por los cuales se aumenta la participación de los individuos y las comunidades, que generalmente se encuentra en una minoritaria o de desigualdad en temáticas tales como política, diario vivir y economía, para así impulsar cambios beneficiosos para el grupo y sus actuales situaciones de vida". Agrega que "generalmente implica en el beneficiario, el desarrollo de una confianza en sus propias capacidades y acciones, junto con el acceso al control de los recursos, la representación en los cuerpos de toma de decisiones y la participación de los procesos de planificación".

El proceso de cambios sociales, siempre abierto aunque con períodos de mayor o menor dinamismo, encuentra ahora a las mujeres en una fuerte ofensiva para igualar sus derechos con los hombres. La participación en política es un debate muy actual por tanto se avanza hacia la paridad de género en la conformación de las listas de candidatos a cargos electivos, esto es un criterio superador al denominado "cupo femenino" instalado en los años 90. Si bien a nivel nacional ya se aprobado esta ley que debutará en las elecciones de 2019, en la provincia de Santa Fe aún está pendiente el tratamiento en el Senado, pues la Cámara de Diputados ya le ha dado media sanción. En los últimos meses aumentaron las presiones de los colectivos feministas para que la Legislatura finalmente consagre ley mediante la paridad de género, aunque a falta de poco más de un mes para que termine el año todavía no se ha definido el asunto en tanto que el Gobierno provincial analiza en estas semanas la confirmación del calendario electoral para 2019. 

El otro foco de discusión en cuestiones de género está ligado al mundo del trabajo, donde las mujeres no perciben el mismo salario que un hombre por ejercer idéntica tarea. La desigualdad está presente más allá de que la problemática ha ganado en visibililidad en los últimos años, lo que no significa que se haya resuelto. 

Por caso, un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ocupó del tema al señalar que el crecimiento de los salarios en el mundo nunca fue tan bajo desde la crisis financiera de 2008 como el año pasado, y esto a pesar de la reactivación económica en los países desarrollados. Y además subrayó que las diferencias de salarios entre los sexos persisten en un nivel "inaceptable": las mujeres siguen cobrando aproximadamente 20% menos que los hombres.

Según un informe de la OIT, una agencia de la ONU, el crecimiento mundial de los salarios reales (corregidos de la inflación) se desaceleró el año pasado, pasando de 2,4% en 2016 a 1,8% en 2017, su nivel más bajo desde 2008.

Para el director General de la OIT, Guy Ryder, resulta desconcertante observar que en las economías con altos ingresos, el lento crecimiento de los salarios coexiste con el crecimiento del PIB y la caída del desempleo. En Europa (sin contar la parte oriental en donde el crecimiento de los salarios reales se disparó 5% el año pasado, contra 2,8% en 2016), el crecimiento salarial fue casi nulo en 2017.

El informe de la OIT se interesó en las diferencias de salarios entre hombres y mujeres, lo que representa "una de las mayores manifestaciones de injusticia social". Según Ryder, claramente se penaliza la maternidad en las mujeres y, a la inversa, existe un bono para la paternidad: los hombres con niños jóvenes les va mejor en términos salariales que las madres.

Por suparte, Rosalía Vázquez Alvarez, una de las autoras de este informe de la OIT sobre los salarios en el mundo, la diferencia de ingresos entre sexos sigue siendo un fenómeno ampliamente inexplicado que, en cierta medida, está vinculado a prejuicios y estereotipos y a otros factores que no pueden explicarse con diferencias de productividad entre hombres y mujeres. 

El informe muestra que las explicaciones tradicionales, como las diferencias de nivel de educación entre hombres y mujeres que ocupan un empleo asalariado, tienen un papel limitado para explicar las diferencias de salario. De hecho, la "parte sin explicar" de las diferencias salariales entre hombres y mujeres predomina en casi todos los países, según la OIT.

En el marco de este debate, se ponderan decisiones con mucho coraje como la adoptada a principios de este año por la periodista de la BBC Carrie Gracie, quien renunció a su puesto como corresponsal en China por "la indefendible brecha salarial" entre hombres y mujeres en el consorcio de medios públicos británico.








 

Autor: REDACCION

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