Las nuevas restricciones a las importaciones anunciadas por el Gobierno el martes pasado sirvieron de contexto general a la ronda de negociaciones comerciales que comenzó entre Brasil y la Argentina.

El secretario de Industria, Eduardo Bianchi, se reunió con el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo de Brasil, Alessandro Teixeira, en lo que fue la primera reunión del Comité de Monitoreo del Comercio Bilateral argentino-brasileño que se realiza después de la asunción de la nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Ahora volverán a verse en el marco de una reunión técnica del llamado Comité Automotor.

Ambos funcionarios comenzaron a delinear el escenario del intercambio comercial para el año, bajo la premisa del Gobierno argentino de reducir el déficit de balanza. El año pasado, la Argentina tuvo un récord de 4000 millones de dólares de saldo desfavorable en relación con Brasil y el Gobierno aspira a reducirlo, con medidas como las licencias no automáticas (LNA), que afectan a unas 600 posiciones arancelarias.

Según un informe del centro de estudios económicos del Banco Ciudad, Brasil es el país más afectado por las LNA. "El universo de las importaciones alcanzadas por las licencias no automáticas sumó U$S 11.000 millones en 2010, de los cuales un 37% provinieron de Brasil, 22% de China, 7% de Alemania y 5% de Estados Unidos", afirma el estudio.

La ministra de Industria, Débora Giorgi, dijo que el Gobierno argentino ya había advertido a su par brasileño antes de tomar la medida. En 2009, cuando la Argentina ajustó los controles de los importados, llegó a demorar hasta 180 días la autorización (las normas de la OMC sólo permiten 60 días), lo cual despertó quejas entre los industriales de San Pablo.

Fuentes de la delegación brasileña no quisieron ayer formular declaraciones sobre este tema. "Mañana [por hoy] los ministros van a hablar sobre este tema", dijeron voceros brasileños. Giorgi recibirá hoy a su par brasileño, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel.