Editorial

Brasil, séptima economía

En realidad, y sin ingresar en el áspero terreno de la "brasileñofilia", tal como optan por calificar algunos analistas cuando se hace un análisis de la situación económica que vive Brasil y surge la inevitable comparación con la Argentina, se trata de irrefutables datos de la realidad, los cuales dan cuenta del sostenido, enérgico e imparable crecimiento que viene teniendo nuestro vecino y principal socio del Mercosur, lo cual lo ha llevado a posicionarse como la séptima economía del mundo.

Es que durante 2010 Brasil se expandió 7,5% de su PBI, constituyendo la mejor marca de los últimos 25 años, lo cual no le ha impedido reconocer que su economía ha experimentado un "enfriamiento" en los últimos meses, habiendo decidido tal situación a su presidenta Dilma Rousseff a efectuar un recorte de gastos de 30.000 millones de dólares. Es decir, y como primer punto de comparación con lo que sucede en nuestro país, está haciendo exactamente lo contrario, pues aquí continúan incrementándose los gastos, aún con balanzas que están en retracción, tal los casos por ejemplo de la balanza comercial -que refleja el estado del comercio exterior- donde el exagerado avance de las exportaciones está constriñiendo el superávit en forma preocupante, en tanto que la balanza fiscal, es decir la de recaudación tributaria, se sostiene en base a la onda inflacionaria.

Volviendo a Brasil, digamos que aún dentro de las condiciones de amesetamiento en los últimos meses, lo cual le permite afianzarse para retomar la onda expansiva dentro de poco -así lo sostienen analistas de la economía mundial- logró desalojar del séptimo lugar al Reino Unido, lo cual evidentemente no es poco decir, y que en el presente 2011 y como consecuencia de las previsiones de ajuste que se han tomado, el crecimiento estará oscilando en los 5 puntos, con claro retroceso respecto a los 7,5 del año pasado, si bien justamente eso le posibilitará volver a lanzarse en 2012.

En cambio, si hasta ahora hemos marcado una diferencia entre la Argentina y Brasil en cuanto al desempeño de sus economías y las distintas visiones que tienen ambos gobiernos, también debemos remarcar una coincidencia. Es que Brasil tuvo como motorizador de su crecimiento global a la elevación constante del consumo interno, sostenido por el gasto de las familias, que se vieron beneficiadas con la suba real de salarios, la ampliación del crédito y el bajo desempleo, que de acuerdo con datos oficiales se encuentra en el 6,1% de la población activa.

La combinación de esos tres factores -consumo, salarios más créditos, alto nivel de ocupación- resultó decisiva para que la economía brasileña se afiance y haya dado este gran salto dentro del concierto mundial, pasando a ocupar un destacado sitio dentro de las top ten, es decir, entre las diez más poderosas del globo.

Otro dato por considerar dentro de este análisis, es que también contó Brasil con un fuerte nivel de inversión, alcanzando una tasa del 21,8% durante 2010, destacándose en consecuencia que "los empresarios brasileños tienen confianza en las perspectivas de la economía para este y los próximos años", de acuerdo con una puntualización realizada por el Banco Central del vecino país, explicándose además que la importante inversión compensó la menor contribución al PBI del sector externo -negativa en -2,8%- debido a la fortaleza del real frente al dólar y a la crisis que aún afecta a países como Estados Unidos y la mayoría de los europeos, que son los tradicionales compradores de Brasil.

También enfrenta Brasil algunos problemas muy parecidos a la Argentina, por ejemplo respecto al demasiado grande crecimiento de las importaciones, que fue de 36,2%, en especial por la compra de elementos industrializados, contrastando con sus exportaciones sostenidas especialmente por materias primas como soja, petróleo y minerales. Como se advierte, un plano muy similar al de nuestro país, que está viendo comprometido el superávit de la balanza comercial por el acelerado crecimiento de las importaciones.

En nuestro vecino, uno de los sectores que más explicó el crecimiento es el correspondiente a la industria, que tuvo en 2010 una expansión total de 10,1%, empujada a su vez por la construcción y la minería. En este último caso, por ser Brasil el mayor productor de hierro del mundo, habiendo conseguido en ese lapso triplicar los beneficios de ese rubro alcanzando a casi los 18.000 millones de dólares.

Este es el panorama de Brasil, como para que sea estudiado por nuestro Gobierno y tratar de seguir sus pasos.

Autor: Redacción

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web