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Brasil reduce gastos y busca bajar intereses

BRASILIA, 31 (AFP-NA). - El gobierno de Brasil, la mayor economía latinoamericana, adoptó medidas para blindarse ante una crisis internacional que prevé larga e intensa: anunció un ajuste en el gasto público y pretende frenar la escalada de sus tasas de interés, entre las más altas del mundo.

En el actual escenario de crisis internacional, "vamos a crear todas las condiciones para crecer más", aseguró ayer la presidenta, Dilma Rousseff. La mandataria anunció el próximo objetivo del gobierno, hasta ahora empeñado en ponerle freno a la inflación: "Queremos tener en el horizonte la posibilidad de reducir los intereses de Brasil, que posee la tasa más alta" del mundo.

En 2008 y 2009, el gobierno de su padrino y antecesor, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, reaccionó a la crisis inyectando chorros de dinero en la economía, garantizando el crédito e incentivando el consumo.

Al PIB le fue bien: Brasil culminó 2009 con crecimiento casi cero y en 2010 creció 7,5%. Pero también pagó con una inflación que alcanzaría un 6,3% en 2011, lejos del 4,5% del centro de la meta oficial.

Brasil presenta hoy un pronóstico de crecimiento moderado pero firme, de entre 3,5% y 4% para este año y una situación de casi pleno empleo.

"A corto plazo, Brasil está bien, no hay ningún problema en el horizonte; tiene reservas internacionales, un mercado interno fuerte e incluso la balanza comercial tiene buenos números", dijo a la AFP el consultor Roberto Troster. Pero a mediano plazo, el país puede sufrir con el vaivén de la economía mundial, matizó Troster.

Nadie le asegura que seguirá siendo vedette de la inversión internacional, sus exportaciones dependen mucho de las commodities (materias primas) -todavía favorecidas por las insaciables compras chinas-, y el año 2012 se proyecta con más presión sobre el gasto público, menos crecimiento y menos recaudación, añadió.

En ese contexto, el gobierno anunció el lunes un aumento de 6.250 millones de dólares del superávit primario (ahorro del gasto para pagar los intereses de la deuda). Se suma al recorte del gasto público de 30.000 millones de dólares anunciado cuando Rousseff asumió la presidencia al inicio del año.

El gobierno asegura que los ajustes no afectan la inversión ni los programas sociales, y su fórmula mágica sería: promover el crecimiento, fortalecer las cuentas públicas, atajar la inflación y, finalmente, favorecer la caída de la tasa de interés.

El mercado brasileño es unánime en su expectativa de que el Banco Central anunciará este miércoles la interrupción de la escalada en la tasa de interés de referencia, que aumentó 1,75 puntos este año, hasta el estratosférico 12,5%.

"El gobierno ensaya un discurso de austeridad, que todavía es insuficiente y tendrá que enfrentar la resistencia de los partidos que apoyan al gobierno, pero es una buena señal", dijo a la AFP la analista Silvia Matos, del Instituto Brasileño de Economía (IBRE) de la Fundación Getulio Vargas.

Para Matos, el anuncio de más ahorro no significa un corte en el gasto público que se desbordó en los últimos años, sino una señal de que el dinero extra recaudado por el gobierno no será destinado a más gastos y eso "ya es un cambio en la dirección de la política económica anterior". Aún así, "no podemos interpretar que los ajustes permitirán reducir inmediatamente las tasas de interés. Sería una irresponsabilidad, con la inflación todavía alta. Tal vez allanen el camino para una reducción el próximo año", dijo a la AFP el economista jefe de la calificadora Austin Ratin, Alex Agostini.

La reducción de las tasas de interés es un viejo reclamo de los sectores productivos, que alegan que encarecen demasiado la inversión productiva y favorecen la entrada de capitales de corto plazo, lo cual ha alimentado la valorización del real y ha llevado a la industria a una acelerada y peligrosa pérdida de competitividad.

Autor: Redacción

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