SAN PABLO, 16 (AFP-NA). - Miles de brasileños salieron este sábado a las calles de San Pablo para protestar contra la corrupción en el Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff, un día después que se produjeran masivas detenciones de ex directivos de la petrolera estatal Petrobras y empresarios supuestamente cómplices de una red de corrupción y lavado de dinero que jaquea al país vecino.
Con carteles que decían "Fora Dilma" (fuera Dilma) la multitud volvió a la calle que había dejado antes del Mundial de fútbol Brasil 2014. Miles de brasileños protestaron a finales de 2013 y principios de 2014 en las principales ciudades por el excesivo gasto en la organización del Mundial y por la falta de recursos para reforzar la salud pública, la educación y los servicios públicos. Pero cuando llegó la competencia los indignados se calmaron, aunque ahora ante el nuevo golpe a la corrupción retornaron a la escena pública.
En tanto, la policía brasileña
comenzó a interrogar este sábado a una veintena de personas
detenidas el viernes en una operación de lucha contra la
corrupción y el lavado de dinero en el seno del gigante petrolero
Petrobras, la empresa más grande del país.
Un avión con 16 sospechosos, entre ellos un exdirectivo de
Petrobras, Renato Duque, y ejecutivos de nueve grandes empresas de
construcción que habrían firmado contratos fraudulentos con la
compañía petrolera estatal, arribó este sábado a Curitiba (Paraná,
sur de Brasil) procedente de Rio de Janeiro.
Entre las empresas de construcción a las que pertenecían los
directivos figuran OAS, Camargo Correa, Queiroz Galvao y Engevix.
Cuatro sospechosos adicionales que se entregaron el viernes a
la policía también serán interrogados, mientras que aún son
buscados otros cinco.
El viernes, la Policía Federal de Brasil informó que había
ejecutado 85 órdenes judiciales (seis de ellas de prisión
preventiva y 21 de prisión temporal) en el marco del séptimo
capítulo de la operación contra la corrupción "Lava Jato", que
comenzó en marzo.
La red habría desviado y blanqueado 10.000 millones de reales
(3.800 millones de dólares), según la policía.
El ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo,
condenó este sábado que la oposición intentara utilizar el caso
para "construir una tercera vuelta electoral".
El gobierno continuará exigiendo "que se investigue todo (...).
Digo esto para rechazar con vehemencia los intentos de construir,
con esta investigación, una tercera vuelta electoral", subrayó el
ministro, sin citar nombres, durante una rueda de prensa en Sao
Paulo.
El candidato presidencial derrotado en las elecciones de
octubre, Aecio Neves, afirmó el viernes, según declaraciones de la
web de información UOL, que "muchos ya no duermen en Brasilia" y
que el escándalo Petrobras se aproxima cada vez más al gobierno de
la presidenta Dilma Rousseff.
Rousseff, que se encuentra en Australia en la reunión del G20,
no se ha pronunciado aún sobre estas últimas acciones policiales y
judiciales.
En la tarde del sábado, unos 2.500 manifestantes, según la
policía, se concentraban pacíficamente en Sao Paulo contra el
gobierno de la presidenta reelecta, así como en protesta por los
escándalos de corrupción que afectan a Petrobras.
SOBORNOS AL GOBIERNO
El arresto del exdirectivo Renato Duque se suma al del
exdirector de Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa, en
marzo.
Para reducir su pena, Costa, actualmente en prisión
domiciliaria, denunció un esquema de pago de sobornos a más de 50
legisladores (incluidos los presidentes de ambas cámaras del
Congreso), gobernadores, al ministro de Energía, del Partido de
los Trabajadores (en el poder desde 2003), y de dos partidos de la
coalición gobernante, el Partido del Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB, centro) y el Partido Progresista (PP, centro).
Costa asegura que las empresas constructoras pagaban
sobreprecios en los contratos que eran destinados a las cajas de
los partidos políticos y a sobornar a legisladores.
Según publica el diario Folha de Sao Paulo este sábado, la
nueva fase de la operación Lava Jato "hace sonar la alarma en el
seno del gobierno debido a las repercusiones políticas y
económicas (del escándalo) y debería conducir a una inevitable
reformulación de Petrobras".
Folha subraya que Rousseff siempre consideró Petrobras como una
empresa estratégica para incentivar las inversiones en el país