Editorial

Brasil complica

La crisis política que afecta a Brasil, agravada ahora pero que viene con largo arrastre, impacta negativamente en su actividad productiva y económica, afectando por lo tanto a la Argentina, por ahora en los planos financiero y cambiario, pero que indudablemente también lo hará en las relaciones comerciales, debiéndose recordar como esencial que Brasil es el principal comprador de productos argentinos.

En este sentido, debe también decirse que la relación comercial bilateral entre ambos países viene deteriorándose sostenidamente en los últimos años, al extremo que ahora es apenas la mitad del volumen que tenía hasta hace media docena de años. Es que en 2011 el intercambio de exportaciones e importaciones estaba en el orden de los 40.000 millones de dólares, en tan que en 2016 el mismo se redujo a poco más de los 20.000 millones de esa divisa. Y dentro de esta perspectiva declinante, la Argentina viene llevando la peor parte ya que el déficit recae sobre nosotros de manera constante, aunque el año pasado el mismo alcanzó su máximo nivel con casi 5.000 millones de dólares, es decir, una cuarta parte del intercambio comercial.

Esta situación se mantiene este año, ya que en el primer cuatrimestre enero-abril mientras nuestras ventas a Brasil se mantuvieron estancadas en igual nivel que el año pasado, lo que le compramos en cambio se incrementó 23,4%, impactando muy fuerte el rubro automotor, conociéndose que en ese primer tercio del año el déficit ascendió a 2.400 millones de dólares, cifra que si es proyectada en esa misma perspectiva para el resto del año estaremos por sobre los 7.000 millones de déficit comercial con nuestro principal socio del Mercosur.

De acuerdo lo dice un informe del Centro de Estudios de la Unión Industrial, repasando toda esta problemática, sostiene que "de los 17.317 millones de dólares exportados en 2011, las manufacturas industriales sumaron 11.589 millones. Y en 2016, de los 9.034 millones exportados sólo 5.664 fueron productos industriales". De tal modo queda claramente expuesto que las exportaciones industriales a Brasil se redujeron a la mitad.

La crisis política brasileña encuentra de tal modo a la relación comercial con la Argentina en su peor momento. por lo cual los efectos negativos serán menores, aunque eso no significa que se deba continuar como hasta ahora, pues se requiere de un completo reordenamiento, en primer lugar para tratar de equilibrar las cifras que vienen siendo favorables a Brasil durante todo el tiempo, y además volver a intentar intensificar el intercambio comercial. Claro, que para esos objetivos se deberá aguardar la recuperación política e institucional que vive Brasil desde hace tiempo.

El alcance que puede tener esta crisis todavía tiene un final abierto, prevaleciendo la incertidumbre, aunque tendrá un correlato en la economía argentina desde dos aspectos, uno el financiero y otro el real. Justamente en este último caso, la incertidumbre sobre el desempeño de la economía brasileña provocará una salida neta de capitales del vecino país que depreciará el real frente al dólar. En tal sentido, la muy floja performance en inversiones y crecimiento es muy probable que siga, por lo cual debilitará el rebote que se esperaba para el presente año. Entonces, con el real más débil y la economía menos pujante, las ventas de productos argentinos a Brasil no pueden esperar un alza, sino todo lo contrario. Y dentro de tal perspectiva, la más afectada volverá a ser la industria.

Desde despachos oficiales argentinos hay preocupación, destacándose "estamos mirando la situación con mucho detenimiento. En caso que la situación de Brasil empeore e impacte negativamente en la producción local, se van a tomar medidas, pero en todos los casos surgidas luego del diálogo, ya que Brasil es relevante para la industria argentina, en especial para el sector automotriz", remarcándose que en este momento "el comercio entre ambos países se encuentra en niveles históricos muy bajos, por lo cual la economía brasileña no está gravitando hoy en forma especial". El dato es que en 2016 las exportaciones al vecino país fueron las más bajas desde 2006.

Un tema al que, como tantos otros, habrá que procurarle solución.

Autor: REDACCION

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