Con una economía argentina afectada por un sostenido proceso inflacionario que desgasta progresivamente el poder adquisitivo del salario y corroe el valor del peso, la moneda argentina, los problemas para los ciudadanos son cada vez más importantes. Si bien por ahora el billete de 100 pesos sigue siendo el de mayor valor, el impacto de la inflación le ha quitado capacidad de compra de bienes y servicios, a la vez que el Banco Central de la República Argentina debió acelerar la impresión de papel moneda debido a las demandas del público, a tal punto que ahora se evidencian dificultades logísticas para la gente y también para el sector financiero.
De acuerdo al índice de precios al consumidor medido por las consultoras privadas y difundido por el Congreso, en el 2012 la inflación fue del 25,6 por ciento, en el 2013 ascendió al 28,3% en tanto que el año pasado escaló al 38,5%. Sin duda que el valor del peso se desplomó en función de la indomable inflación.
Es en este escenario que los bancos prácticamente ruegan al Gobierno que imprima billetes de mayor denominación. Desde hace años que solicitudes similares se suceden tanto por iniciativas de entidades representativas de la producción como en el Congreso, aunque hasta el momento nadie pudo torcer la postura del Gobierno. Ahora ADEBA (bancos de capitales nacionales), ABA (extranjeros) y ABE (banca especializada), que nuclean a los bancos, y el gremio Asociación Bancaria consensuaron una carta luego enviada al Banco Central para manifestar que el exceso de billetes circulantes provoca serios problemas logísticos y de seguridad.
A través de la carta, consignaron que, por su excesiva cantidad, el traslado de los billetes resulta cada vez más problemático y riesgoso ante la necesidad de usar bolsos o cajas con billetes. Pero también hay dificultades en materia logística que se traducen en mayores costos, es decir que los bancos tienen que gastar más dinero en las empresas transportadoras de caudales para abastecer a sucursales o cajeros.
Por otro lado, la cantidad de dinero en los cajeros automáticos y terminales de autoservicio es limitada y no se puede ampliar, mientras que los clientes requieren más billetes por sus gastos se elevan impulsados por la inflación. Además, estos inconvenientes se profundizarán en el momento en que se concedan incrementos salariales y crezca la demanda de billetes. Los cajeros automáticos se vaciarán a mayor velocidad dejando en evidencia un problema que sólo la emisión de un billete de mayor valor podrá solucionar o mitigar.
Según el Banco Central, dos de cada tres billetes en circulación son de $ 100, es decir, el mayor monto posible entre las emisiones vigentes en circulación. Mientras que las otras cinco denominaciones que aún conviven en la calle (los billetes de 2, 5, 10, 20 y 50 pesos) se reparten el tercio restante, lo que ayuda a entender por qué algunos de esos billetes son tan difíciles de hallar o, virtualmente, desaparecieron de los cajeros automáticos.
Esta semana, el vicepresidente del Banco Ciudad, Juan Curutchet, aseguró que esa entidad reclama "hace cuatro años" al Gobierno y al Banco Central que autoricen la emisión de billetes de 200, 500 pesos y 1.000 pesos. "Lo hemos planteado hace cuatro años. Es un problema físico, mecánico. En los cajones que alimentan a los cajeros automáticos no entra más de una determinada cantidad de billetes: van de 500.000 a 800.000 pesos con los billetes que tenemos ahora, de 100 pesos", sostuvo al plantear los fundamentos del reclamo.
A mediados de 2013, el por entonces diputado nacional y ex titular del central, Alfonso Prat-Gay había solicitado que se traten en el Congreso proyectos que contemplaban la emisión de billetes de 200 y 500 pesos. Fundamentó su iniciativa en la pérdida del 80% del valor de compra del billete de 100 pesos a raíz de la inflación.
A casi dos años de ese reclamo, nada se modificó excepto que el Poder Ejecutivo presentó un rediseño de billetes a modo de homenajes, como el de 50 pesos con la imagen de las islas Malvinas, o los de 100 pesos con la iconografía de las Madres de Plaza de Mayo o de Evita. Pero estas medidas no fueron destinadas a resolver problemas cotidianos reales ligados a la manipulación del dinero sino que apenas respondieron a un fin propagandístico del Gobierno.
Al planteo de las entidades que agrupan a los bancos y a los empleados del sector se suma un proyecto presentado a fines de marzo último por el diputado nacional, Julio Cobos, quien pidió la impresión de billetes de 500 y 1.000 pesos, que llevarían impresas las figuras de los próceres Juan Bautista Alberdi e Hipólito Yrigoyen, respectivamente. Habrá que ver si esta vez el Gobierno está dispuesto a ceder.